
“Mamá, creo que esto no lo paso”: esposa de ex preso político denuncia el impacto del virus que azota Cárdenas
El brote viral que mantiene en vilo a Matanzas ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de miles de familias, y uno de los testimonios más desgarradores lo protagoniza la familia Pupo, en Cárdenas.
Yuneisy Santana González, esposa del ex preso político del 11J Samuel Pupo Martínez, compartió en redes sociales el estado crítico de su hijo Hugh Dieter, quien desde hace días enfrenta los síntomas de la enfermedad que se expande sin control.
El joven, de apenas 15 años, pasó una jornada completa con fiebre de 39 y 40 grados, dolores en las articulaciones, inflamación en el rostro y las manos al punto de no poder levantarlas. La madre relató la desesperación de la noche más difícil: “Yo pensaba que no amanecería nunca. Esa fiebre de 40 no baja, compresas, baños y nada. Y es cuando, casi sin poder hablar, me dice: Mamá, creo que esto no lo paso, voy a morir, me siento muy mal, me duele todo”.
Con recursos limitados y sin respuesta de las autoridades sanitarias, la familia apenas logra enfrentar la enfermedad con medicamentos básicos y cuidados caseros. Santana denuncia que las montañas de basura y la falta de fumigación están agravando la situación: “Los mosquitos están a sus anchas y no ves acción de los organismos encargados por fumigar ni recoger la basura. Cuba muere y nosotros con ella”.
Una epidemia más allá de Cárdenas
Aunque el caso de Hugh Dieter ha conmovido por la crudeza de su testimonio, la realidad es que los mismos síntomas se repiten en múltiples localidades de Matanzas y otras provincias.
Vecinos de Jovellanos reportan que “la enfermedad es malísima y no hay medicamentos para tratarla”. En Colón, la población denuncia que “la gran mayoría está igual, el pueblo completo lleno de basura y sin higiene”.
Desde la cabecera provincial también llegan reportes: “Todas las casas de mi cuadra tienen más de un integrante enfermo”, aseguró Alexandra Parra, quien describió la situación como “generalizada en toda Matanzas”.
Otros testimonios apuntan a que el cuadro clínico coincide con el chikungunya, caracterizado por fiebre elevada, dolores intensos en las articulaciones y secuelas que pueden durar meses o incluso años. Sin embargo, las autoridades no han confirmado oficialmente el diagnóstico, mientras los hospitales siguen colapsados.
Silencio y desamparo
La población coincide en que no existe transparencia en la información oficial. “Hay muchas personas enfermas y todavía el doctor Durán da cifras que no vienen acorde con la realidad de Cárdenas”, cuestionó Eloisa Zamora.
En medio de la incertidumbre, las familias como la de los Pupo luchan día a día por mantener a sus hijos con vida, improvisando remedios en un contexto de abandono estatal y colapso sanitario.







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