Esposa de Yasmani González Valdés denuncia deterioro extremo de su salud en prisión

La esposa del preso político cubano Yasmani González Valdés, recluido en el Combinado del Este, denunció públicamente el grave deterioro físico que presenta su marido tras meses de encierro sin recibir la debida atención médica.

En una publicación en redes sociales, Ilsa Ramos relató que durante la visita realizada el pasado martes apenas pudo reconocerlo: “Mi esposo parece un esqueleto, cuando lo abrazo siento los huesos de las paletas, su rostro hundido y sus brazos que son dos palillos”. Según afirmó, González ha perdido todo el peso corporal, sus pantalones se le caen y ya no conserva piezas dentales en la boca.

El preso político padece intensos dolores de muelas que no ceden ni con antibióticos ni ibuprofeno, medicamentos que solo ha podido obtener gracias al apoyo de familiares. Ramos señaló que antes de su detención, González tenía programado un tratamiento odontológico con prótesis ya pagadas, pero fue arrestado por la Seguridad del Estado antes de recibir la atención. Desde entonces, permanece sin tratamiento adecuado.

La denuncia también expone las condiciones extremas del penal: “En el Combinado quitan la corriente porque no tienen petróleo para encender la planta. Eso es un peligro en una prisión donde hay presos violentos”.

Ramos responsabilizó directamente al régimen cubano por la integridad física de su esposo y advirtió sobre la falta de garantías mínimas de atención en prisión. “Hago responsable a la dictadura por la integridad física de mi esposo. Bendiciones a mis hermanos y libertad para nuestra isla cárcel”, concluyó.

El caso de Yasmani González Valdés se suma al de decenas de prisioneros políticos cubanos que enfrentan condiciones inhumanas en centros penitenciarios, donde la falta de atención médica y el hacinamiento han sido denunciados reiteradamente por familiares y organizaciones de derechos humanos.

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