
Silvio Rodríguez inicia su gira con concierto en la Universidad de La Habana: la propaganda antes que la realidad
El trovador oficialista Silvio Rodríguez anunció que su nueva gira internacional comenzará el próximo 19 de septiembre con un concierto en la Escalinata de la Universidad de La Habana, un espacio cargado de simbolismo político que servirá de escenario para reforzar la narrativa del régimen.
En un video difundido en redes, Rodríguez aseguró que pidió permiso para cantar en la universidad porque había visto en la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) una “actitud positiva” frente a los problemas de la telefonía en Cuba. Se refería a las protestas contra el tarifazo de Etecsa, un aumento que golpeó directamente a los bolsillos de los estudiantes y de la población en general.
El trovador habló de “esperanza” y de un espíritu “revolucionario y comprometido” en la juventud universitaria. Sin embargo, la realidad es que las manifestaciones no sirvieron de nada: el tarifazo se impuso y los estudiantes terminaron doblegados por la maquinaria del poder. El régimen volvió a salirse con la suya, demostrando que en Cuba no hay espacio para demandas legítimas que desafíen sus decisiones.
La contradicción fue aún más evidente cuando, en plena entrevista, se fue la corriente eléctrica. El apagón dejó en evidencia la crisis energética que atraviesa el país, una realidad que golpea a millones de cubanos y que contrasta brutalmente con el optimismo impostado del discurso de Rodríguez.
El concierto en la Escalinata, más que un gesto cultural, se perfila como una operación política: maquillar con música la represión y la frustración de una juventud que intentó alzar la voz, pero fue reducida al silencio. Una vez más, la canción se pone al servicio de la propaganda, mientras los problemas reales de Cuba siguen sin solución.







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