
Vecinos de Caimito, Artemisa, llevan días sin electricidad mientras la escuela militar vecina nunca perdió el servicio
Desde el pasado miércoles 10 de septiembre a las 6:30 de la mañana, los habitantes del reparto Rancho Grande, en el municipio Caimito, permanecen sin electricidad. El apagón, que coincidió con la caída del Sistema Eléctrico Nacional a las 9:12 de ese mismo día, aún no ha sido resuelto, según explicaciones oficiales, por un supuesto transformador dañado.
La indignación de los vecinos crece al constatar que, frente a sus viviendas, la Escuela Militar Interarmas de las FAR “Antonio Maceo” sí cuenta con servicio eléctrico estable. “Ellos nunca se apagaron, mientras nosotros seguimos en la oscuridad”, lamentó un residente.
La única respuesta gubernamental ha sido ofrecer 20 litros de gasolina a 132 pesos, medida que resulta insuficiente e inalcanzable para la mayoría de los vecinos, en su mayoría ancianos sin familiares en el exterior que puedan costear una planta eléctrica.
En ausencia de alternativas, las familias se han visto obligadas a recurrir a prácticas que creían superadas: cocinar con leña y racionar lo poco que logran comprar para que no se pierda sin refrigeración. “Estamos viviendo como en los años más duros del Período Especial”, señaló otra vecina.
El reparto Rancho Grande tampoco cuenta con suministro de gas, lo que agrava la situación. La sensación de abandono es generalizada: “Aquí nadie viene a dar una explicación seria. Solo repiten que hay un transformador roto y ya”, añadieron los afectados.
Mientras tanto, la vida cotidiana en Caimito se apaga entre el humo de la leña, la incertidumbre por la falta de alimentos y la molestia creciente ante un contraste que resulta imposible de ocultar: los civiles sin corriente frente a una institución militar con el servicio garantizado.







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