
Trump prorroga hasta 2026 licencias que permiten exportaciones puntuales a Cuba
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó recientemente un memorando presidencial que extiende, hasta el 14 de septiembre de 2026, la vigencia de licencias específicas que autorizan ciertas exportaciones y transacciones limitadas hacia Cuba. La medida se enmarca dentro de la Ley de Comercio con el Enemigo, el instrumento legal que sustenta el embargo económico impuesto a la isla desde 1962.
A pesar de que la decisión pueda interpretarse como una apertura, en la práctica no supone un levantamiento del embargo. Las licencias renovadas se limitan a operaciones muy concretas, principalmente relacionadas con bienes de carácter humanitario, insumos médicos, alimentos y algunas transacciones técnicas autorizadas bajo estricta supervisión del Departamento del Tesoro.
Un equilibrio entre presión y excepciones mínimas
El gobierno estadounidense mantiene así un doble enfoque: preservar el embargo como herramienta de presión contra el régimen cubano, al tiempo que permite un flujo muy reducido de suministros esenciales para la población civil. Según el memorando, la renovación responde a criterios de “interés nacional” y busca garantizar que las pocas operaciones comerciales autorizadas continúen bajo un marco regulado y controlado.
Estas licencias, amparadas en las Regulaciones de Control de Activos Cubanos (31 CFR Parte 515), actúan como excepciones puntuales al embargo. Sin su renovación anual, las empresas y entidades con permiso perderían la base legal para realizar cualquier intercambio autorizado.
Un mensaje político en plena tensión bilateral
La prórroga llega en un momento en el que la política de Washington hacia La Habana ha endurecido su postura. Desde su regreso a la Casa Blanca en enero de 2025, Trump ha restablecido sanciones y restricciones que habían sido suavizadas durante el gobierno de Joe Biden, incluyendo la prohibición de transacciones con entidades controladas por las Fuerzas Armadas cubanas y la reactivación de listas negras para el sector turístico.
Para el régimen cubano, la medida no representa una mejora sustancial. Las autoridades de La Habana han insistido en culpar al embargo de la crisis económica, mientras que la Casa Blanca sostiene que los problemas internos del país se deben a la mala gestión y corrupción de su gobierno.
Impacto real: limitado pero significativo
En la práctica, la extensión de estas licencias asegura la continuidad de un flujo muy reducido de mercancías y servicios autorizados. Esto incluye, por ejemplo, exportaciones de determinados alimentos procesados, equipos médicos y tecnologías de telecomunicaciones aprobadas caso por caso.
El alcance, sin embargo, sigue siendo mínimo frente a las amplias restricciones del embargo. El comercio bilateral permanece muy limitado y cualquier operación requiere una licencia específica, sujeta a evaluación y revocable en cualquier momento.
En definitiva, la decisión de Trump reafirma la estrategia de mantener el embargo como pilar de la política estadounidense hacia Cuba, permitiendo únicamente excepciones muy controladas para operaciones de carácter humanitario o técnico. Una medida que refuerza la presión política sobre el régimen, sin cortar por completo los canales para envíos autorizados.







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