
Régimen cubano prolonga injustamente la prisión del joven manifestante José Alejandro Rodríguez Gelin
El Observatorio de Derechos Culturales ha denunciado la nueva maniobra de las autoridades cubanas para impedir la excarcelación de José Alejandro Rodríguez Gelin, joven condenado a cinco años de prisión por participar en las protestas del 11 de julio de 2021 en el municipio de Jovellanos, Matanzas.
Rodríguez Gelin era estudiante del Instituto Superior Pedagógico de Matanzas al momento de su detención. Sin embargo, en su expediente penal fue omitida deliberadamente su condición académica y se le catalogó como “desocupado”, lo que allanó el camino para acusarlo como líder de la manifestación. El proceso judicial, calificado como una “condena por encargo” de la Seguridad del Estado, se llevó a cabo sin pruebas contundentes y con un juicio marcado por irregularidades.
Durante su reclusión en la prisión de máxima seguridad de Agüica, el joven mantuvo su afición por la lectura y la escritura. En este tiempo trabó una estrecha amistad con el preso político Félix Navarro, relación que las autoridades carcelarias consideraron una amenaza. Tras advertir su cercanía, ambos fueron separados: Navarro fue aislado en la enfermería y Rodríguez Gelin trasladado a una celda de seguridad el pasado 1º de julio.
A pesar de no contar con antecedentes penales ni registrar indisciplinas, a Rodríguez Gelin se le han negado en cuatro ocasiones beneficios penitenciarios como el paso a régimen de mínima seguridad o la libertad condicional. La última negativa llegó el 4 de septiembre, cuando se le comunicó que no recibiría la rebaja de dos meses por buena conducta que le correspondía, lo que hubiera significado su liberación por cumplimiento de condena.
El argumento oficial para esta sanción fue que, al regreso de Navarro a prisión, Rodríguez Gelin se le acercó para preguntar por su estado de salud, hecho que fue reportado como una indisciplina.
De no haber sido encarcelado, el joven ya estaría graduado como profesor de Literatura y Español, ejerciendo su profesión y desarrollando su carrera como escritor. En cambio, ha visto deteriorarse su salud debido a las condiciones infrahumanas de las prisiones cubanas, agravando un padecimiento crónico previo.
El Observatorio de Derechos Culturales anunció que mantendrá el monitoreo de su caso y alertó sobre cualquier intento de la Seguridad del Estado de obstaculizar su inminente liberación.







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