Proyección clandestina en Chongqing desafía al Partido Comunista Chino

En un inusual acto de protesta política, el activista chino Qi Hong logró proyectar un mensaje crítico contra el Partido Comunista Chino (PCCh) sobre la fachada de un edificio en la ciudad de Chongqing el pasado 29 de agosto de 2025.

El texto, escrito en chino y visible durante aproximadamente 50 minutos antes de que las autoridades lo apagaran, decía:

“Abajo el fascismo rojo.

Derroquemos la tiranía del Partido Comunista.

La libertad no es un regalo, hay que recuperarla.”

Un operativo planificado desde el exilio

La acción fue posible gracias a un proyector oculto que Qi Hong instaló en una habitación de hotel antes de abandonar China con su familia. Semanas después, y ya instalado en Londres, activó el dispositivo de forma remota para iluminar el edificio con el mensaje.

La proyección se realizó en la zona universitaria de Chongqing y coincidió con los días previos al desfile militar en Pekín, un evento en el que el régimen exhibía su poderío armamentístico ante líderes como Vladimir Putin y Kim Jong-un. Aunque no estuvo vinculada directamente con el desfile, la protesta rompió el férreo control de censura impuesto por el Estado y se difundió rápidamente en medios y redes sociales internacionales.

Evidencia visual y reacción

En el video difundido por WION, con créditos a Reuters y redes sociales, se observa la fachada del edificio iluminada con el texto en caracteres chinos, proyectado de manera vertical. La claridad y tamaño de las letras hicieron que el mensaje fuera visible a gran distancia, hasta que la policía llegó al lugar y apagó el proyector.

Esta acción se suma a una corta lista de manifestaciones públicas contra el PCCh dentro de China continental, todas ellas de alto riesgo para quienes las ejecutan.

Desde su exilio en el Reino Unido, Qi Hong declaró que su objetivo fue “romper el muro del miedo” y demostrar que “la libertad no se mendiga, se conquista”.

En un país donde la disidencia política es castigada con cárcel o represalias más severas, la luz de un proyector en la noche de Chongqing se convirtió, aunque fuera por unos minutos, en un símbolo de resistencia frente a uno de los regímenes más autoritarios del planeta.