
Cuba inicia el curso escolar entre déficit histórico de maestros y altos costos para las familias
Hoy comenzó oficialmente el curso escolar 2025-2026 en Cuba, pero la realidad dista mucho de la imagen optimista que proyecta la dictadura. El regreso a las aulas llega marcado por un déficit histórico de docentes, carencias materiales y gastos imposibles de asumir para gran parte de la población.
Un aula sin maestro no es un aula
En provincias como Sancti Spíritus, la cobertura docente apenas alcanza el 68,2 %, y en niveles como la Educación Técnica y Profesional o el Preuniversitario la situación es aún más grave. La escasez ha obligado a reincorporar a maestros jubilados y a contratar de forma apresurada a “profesores emergentes”, muchos sin la preparación suficiente para garantizar la calidad del aprendizaje.
“Es como poner parches en un barco que se hunde”, comentó a ClickCuba una madre espirituana que prefirió no dar su nombre por temor a represalias. “Mi hija empezará el 11 grado y todavía no sabe quién le dará Matemática este año”.
La educación como lujo
El costo de enviar un niño a la escuela se ha convertido en un desafío insostenible. En Holguín, una mochila ronda los 7 000 pesos, unos zapatos escolares superan los 10 000, y a eso se suman forros, libretas, loncheras, transporte y merienda. En un país donde el salario medio es de 6 506 pesos, muchos padres deben elegir entre alimentar a su familia o equipar a sus hijos para el curso.
La entrega de uniformes, ya incompleta, ha generado quejas en varios municipios. Algunos niños comenzarán las clases con prendas viejas, prestadas o compradas a sobreprecio en el mercado informal.
Ideología por encima de necesidades
A pesar de las carencias, el curso estará dedicado al centenario del nacimiento de Fidel Castro, lo que augura un reforzamiento del adoctrinamiento político en las escuelas. Actividades conmemorativas, murales y discursos ocuparán tiempo y recursos que podrían destinarse a mejorar la enseñanza y las condiciones de estudio.
“En lugar de enfocarse en tener maestros en todas las aulas, insisten en que los niños aprendan consignas”, denunció un padre desde La Habana.
Una brecha que se agranda
Las carencias estructurales del sistema educativo están dejando una huella profunda: mientras las familias con recursos pueden pagar clases particulares, la mayoría queda condenada a una educación de menor calidad. El déficit docente, la inflación y el deterioro de la infraestructura escolar amenazan con ampliar aún más la brecha entre quienes pueden costear alternativas y quienes dependen exclusivamente de un sistema en crisis.
El curso escolar comenzó, sí. Pero para muchos padres y estudiantes, más que un motivo de celebración, este 1 de septiembre marca el inicio de otro año de sacrificios, incertidumbre y resistencia en medio del colapso educativo que vive Cuba.







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