
El huevo, un lujo en Cuba: la crisis avícola más grave en seis décadas
La producción de huevos en Cuba atraviesa su peor momento en más de 60 años, con cifras incluso inferiores a las del llamado “período especial”. El colapso del sector avícola ha convertido a este alimento básico en un lujo inaccesible para la mayoría de los hogares.
Según datos oficiales, en 2024 la producción apenas alcanzó los 385 millones de unidades, muy lejos del pico de 2.717 millones registrado en 1991. La pérdida de más de 5,4 millones de gallinas ponedoras en los últimos años, la escasez de pienso, el deterioro de la infraestructura y los apagones han llevado al sistema productivo a operar solo al 25–30 % de su capacidad.
En el mercado informal, un cartón de 30 huevos puede costar entre 2.500 y 4.000 CUP, cifra que supera con creces el salario medio mensual de un trabajador. En provincias como Pinar del Río se han reportado precios extremos de hasta 5.000 CUP, mientras que en tiendas en moneda libremente convertible, el cartón importado ronda los 6 dólares.
El suministro regulado, que antes garantizaba cierta estabilidad en el consumo, prácticamente ha desaparecido. En algunas localidades, las familias reciben apenas cinco huevos cada dos meses; en otras, como La Habana, no hay entregas desde hace meses. Los sectores priorizados —como el Programa Materno Infantil y pacientes con dietas médicas— han recibido más de 23 millones de unidades en lo que va de 2025, gracias a un modelo mixto de gestión entre el Estado y productores privados que aportan el alimento a cambio de quedarse con el 70 % de la producción. Sin embargo, estas acciones no logran cubrir la demanda general.
A la crisis alimentaria se suma la polémica por inversiones estatales en granjas destinadas a producir huevos SPF para la industria biotecnológica, no aptos para consumo humano. Mientras tanto, millones de cubanos enfrentan la ausencia de un alimento que fue, durante décadas, una de las principales fuentes de proteína asequible.
La escasez de huevos es hoy un símbolo de la desigualdad y el deterioro económico del país: para una minoría con acceso a divisas sigue siendo posible comprarlos; para la mayoría, se han convertido en un artículo de lujo que rara vez llega a la mesa.







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