
Pacientes de oncología en Camagüey: sin medicamentos, sin insumos y sin condiciones para vivir
En la sala de quimioterapia del Hospital Oncológico Marie Curie de Camagüey, los pacientes libran una doble batalla: contra el cáncer y contra el abandono institucional. Según una denuncia difundida por el periodista independiente José Luis Tan Estrada, basada en el testimonio de Guelmis Abdul, el desabastecimiento y las carencias en este centro alcanzan niveles críticos.
Fármacos esenciales como gemcitabina, docetaxel, paclitaxel, ciclofosfamida y filgrastim brillan por su ausencia, junto a medicamentos básicos para controlar los efectos secundarios de la quimioterapia, entre ellos omeprazol, ranitidina, dexametasona, ondansetrón y gravinol. Este último se distribuyó en farmacias comunitarias el 14 de agosto de 2025 con fecha de vencimiento en el mismo mes, una muestra de la precariedad y negligencia que enfrentan los pacientes.
La crisis no se limita a los fármacos. Tampoco hay insumos básicos como bránulas pequeñas —amarillas #24, azules #22 y rosadas #20—, imprescindibles para canalizar las venas frágiles de quienes reciben tratamiento.
A esta escasez se suma un factor que agrava el sufrimiento: la sala de quimioterapia carece de aire acondicionado, a pesar de que las normas hospitalarias exigen un ambiente climatizado para estos procedimientos. El calor, sumado a las náuseas, el dolor y la debilidad, convierte cada sesión en un calvario.
“Los médicos y enfermeros nos acompañan con cariño y aliento, pero ellos no pueden resolver lo que corresponde al Estado”, señaló uno de los pacientes.
De acuerdo con la denuncia, tanto la dirección del hospital como las autoridades provinciales y el propio presidente del país están al tanto de esta situación. Sin embargo, el problema persiste.
Mientras el régimen destina millones de dólares a la construcción de hoteles y al confort de sus dirigentes, los enfermos de cáncer en Cuba se ven obligados a enfrentar la enfermedad en condiciones indignas.
Las preguntas quedan abiertas:
¿Hasta cuándo el abandono y el cinismo hacia los más vulnerables?
¿También tendrán que ser los propios pacientes quienes reparen el aire acondicionado para poder recibir su quimioterapia?
En Cuba, la vida de un enfermo de cáncer se apaga no solo por el avance de la enfermedad, sino por la indiferencia de un sistema que, pese a proclamar lo contrario, no está del lado del pueblo.







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