
Laideliz Herrera Laza renuncia a la Uneac y denuncia complicidad de la institución con la represión en Cuba
La escritora y editora cubana Laideliz Herrera Laza hizo pública en Facebook la carta de renuncia que entregó a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), en la que acusa a la institución de guardar silencio ante la represión contra intelectuales y de servir como cómplice del Gobierno en el hostigamiento a voces críticas.
En el documento, dirigido a la Sección de Narrativa de la Uneac, Herrera Laza recuerda que su esposo, el escritor, periodista y humorista Jorge Fernández Era, lleva sometido a un “ilegal proceso” desde hace 30 meses. Durante ese tiempo, asegura, solicitó ayuda jurídica a la organización, pero la petición fue rechazada con “evasivas y acusaciones típicas de instituciones sordas que no representan a sus afiliados”.
La intelectual denuncia que la Uneac permanece “callada porque es cómplice de la política gubernamental y del secuestro de voces comprometidas con la verdad y la decencia”. Menciona como ejemplo la golpiza sufrida por Fernández Era el pasado 18 de julio en la Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria de Zanja, un hecho que atribuye a la impunidad con la que actúa la Seguridad del Estado.
“Contradicen sus propios estatutos”
En su carta, Herrera Laza señala la contradicción entre el papel que la Uneac afirma defender y su postura real. Recuerda que los estatutos de la organización proclaman la defensa del derecho a la palabra, la crítica y la más amplia libertad de creación. Sin embargo, sostiene que en la práctica, la institución “está comprometida con una política de Estado que censura constantemente lo que no le conviene, que impone silencio y persigue a los intelectuales que denuncian a través de sus obras, las redes sociales y los medios independientes”.
Una renuncia por principios
La escritora subraya que su decisión responde a “una cuestión de principios y dignidad”. Asegura que la Uneac, lejos de amparar a sus miembros, se ha alineado con el Gobierno, el Partido Comunista, la Seguridad del Estado y la Fiscalía General, permitiendo que se violen con impunidad los derechos de los creadores.
“Mi esposo es solo el ejemplo más cercano de lo que está sucediendo con los intelectuales del país”, afirmó, tras remarcar que no se trata de un caso aislado, sino de una política sistemática de represión contra quienes piensan y escriben sin doble moral.
Con esta renuncia, Herrera Laza se suma a un creciente número de artistas y escritores que en los últimos años han decidido apartarse de la Uneac, señalando la falta de autonomía y el alineamiento de la institución con la maquinaria represiva del régimen cubano.







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