
El Padre Alberto Reyes desmonta el mito de Fidel Castro y denuncia su legado de represión en Cuba
En una reflexión publicada en redes sociales, el sacerdote cubano Alberto Reyes Pías confrontó uno de los discursos más persistentes en la memoria colectiva de la isla: la idea de que “si Fidel estuviera vivo, esto no pasaría”. Para el religioso, esta creencia, aún presente incluso entre quienes reconocen el deterioro generalizado del país, es el resultado de una construcción de mito cuidadosamente cultivada por el propio líder cubano.
Reyes subrayó que la actual destrucción económica, social y moral de Cuba no comenzó después de la muerte de Castro, sino bajo su propio mandato. Recordó que, en los años de la Sierra Maestra, Fidel negó ser comunista y aseguró que la Revolución era “verde como las palmas”. Sin embargo, una vez consolidado en el poder, impuso el socialismo “porque lo decidió él”, traicionando las aspiraciones democráticas de los cubanos de aquella época.
El sacerdote enumeró hechos históricos que, a su juicio, evidencian el verdadero rostro del dirigente: fusilamientos masivos sin necesidad militar para imponer terror, persecución implacable contra disidentes y religiosos, control absoluto de la educación, separación forzada de familias mediante becas y escuelas en el campo, y la instauración de un ateísmo militante que presentó a la Iglesia como enemigo ideológico.
Uno de los episodios que citó fue la ejecución de tres jóvenes en 1994 por intentar huir del país en la lanchita de Regla, sin haber causado daño a nadie, como “castigo ejemplarizante” ordenado por Castro. También recordó las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), que describió como la versión cubana de los campos de concentración, donde fueron enviados cristianos y otros ciudadanos por sus creencias o identidad.
Para Reyes, estos son “hechos” que la historia no puede omitir y que desmontan la imagen del “hombre que lo dio todo por su pueblo”. Su mensaje insiste en que la crisis actual no es una consecuencia de la ausencia de Fidel, sino la herencia directa de un sistema que él mismo diseñó y consolidó mediante la represión y el control totalitario.







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