“Aquí los viejos no valemos nada”: el testimonio de una anciana en Santiago de Cuba olvidada por el Estado

Juana Sánchez Roset tiene 76 años y una vida entera dedicada al trabajo. Laboró durante décadas en la industria alimenticia con la esperanza de una vejez tranquila, pero la realidad que hoy enfrenta es desgarradora: lleva cinco años durmiendo en una butaca porque no tiene cama, se baña y hace sus necesidades en el patio porque su vivienda carece de baño, y sobrevive con una pensión mensual de apenas 1.528 pesos cubanos, equivalente a 3,86 centavos de dólar.

“Ya yo no aguanto más. Trabajé en la industria alimenticia 25 años, pensé que esta vida iba a ser distinta”, dice en un video obtenido por ClickCuba. Su voz, cansada pero firme, denuncia el abandono total de las autoridades cubanas hacia los ancianos del país.

Juana vive en el poblado Lavadero, en Santiago de Cuba. Nadie del Partido, de los servicios sociales ni de ninguna institución estatal ha visitado su casa para interesarse por su situación. “Aquí a los viejos no los ayudan. En Cuba nos tratan como perros”, afirma con dolor. “No valemos nada”.

En su testimonio, relata que muchas veces debe elegir entre comprar un medicamento o alimentarse. “Si compro un medicamento, no me puedo comprar un croqueta. ¿Qué hago?”, se pregunta.

Su historia no es una excepción. Es el reflejo de miles de adultos mayores en Cuba que viven en condiciones precarias tras haber dedicado toda su vida al trabajo. En un país con una población cada vez más envejecida, la falta de atención y apoyo a los ancianos es un síntoma claro del colapso del sistema de protección social.

Juana no pide lujos. Solo quiere una cama donde dormir antes de morir. Es un deseo mínimo, pero que en la Cuba actual se ha vuelto un privilegio inalcanzable para muchos.

Mientras las autoridades proclaman su compromiso con la justicia social, la realidad en las calles, en los barrios olvidados, como Lavadero, desmiente cada palabra. El caso de Juana Sánchez Roset es un grito de auxilio que el Estado ha decidido ignorar.

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