
Masón cubano denuncia uso político de la masonería y desata ola de apoyo a líderes procesados
El reconocido masón y escritor cubano Ángel Santiesteban-Prats denunció públicamente en su perfil de Facebook lo que considera una grave violación de los principios masónicos: la utilización de un oficial de la policía política del régimen para procesar al Gran Maestro Juan Alberto Kessel Linares. Según Santiesteban, el oficial en cuestión también es masón, lo que para él representa una contradicción ética inadmisible.
“En mis 38 años de masón, siempre he defendido la no aceptación de militares en la fraternidad”, escribió Santiesteban. “Por ética no debió aceptar. Pero ya sabemos a quiénes obedecen”, añadió, dejando claro que ve en esta maniobra una instrumentalización de la masonería por parte del aparato represivo cubano.
La publicación ha generado una intensa reacción entre miembros de la comunidad masónica y ciudadanos cubanos. Santiesteban también confirmó que tanto el Gran Maestro Juan Alberto Kessel Linares como el Soberano José Ramón Viñas Alonso fueron liberados, pero continúan bajo procesos penales.
Las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar. Varios masones expresaron su indignación y apoyo a los líderes procesados, considerándolos “Hombres Libres y de Buenas Costumbres” perseguidos por no doblegarse ante el poder. “Tenían que haber renunciado antes de dejarse usar en tan tremenda situación”, reiteró Santiesteban.
Entre los comentarios más destacados, usuarios señalaron la hipocresía del régimen al permitir acusaciones sin fundamento contra figuras respetadas de la masonería, mientras ignora otros casos de corrupción interna. “¿Por qué no se apuran en juzgar a Mario Urquía y Airan Cervera? Ladrones, sobre los que existen sobradas pruebas del desfalco a las arcas de la GLC”, escribió Pedro Ángel Cedeño.
Otros, como Andy Rosabal, se preguntaron hasta cuándo pensar diferente será considerado un delito en Cuba. “¿Cuánto hay que pagar por ser libre y hasta qué punto ser juzgado por ser libres pensadores?”, cuestionó. A su vez, Rubén Arencibia sostuvo: “La verdad se dice, duela a quien le duela. Lo que no podemos permitir es callar y permitir que la mentira y el abuso triunfen”.
La controversia expone una fractura interna en la masonería cubana, que tradicionalmente se ha presentado como un espacio de pensamiento libre y ético, alejado de la influencia política. Sin embargo, el uso de un oficial vinculado a la Seguridad del Estado para actuar contra líderes masones ha generado alarma sobre la infiltración y control del régimen dentro de instituciones independientes.
Este nuevo episodio deja al descubierto los límites de la autonomía masónica en Cuba, donde ni siquiera las logias parecen estar a salvo del poder político. Para muchos hermanos masones, como lo expresa Santiesteban, esto representa no solo un error, sino una traición a los valores fundacionales de la fraternidad.







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