Damián Valdés Galloso, el único sospechoso del asesinato de El Taiger, se contradice en su declaración ante las autoridades

El asesinato del cantante cubano José Manuel Carbajal Zaldívar, conocido como El Taiger, ha conmocionado a la comunidad cubana dentro y fuera de la isla. Mientras sus seguidores exigen justicia y las evidencias apuntan con fuerza hacia un solo responsable, el cubano Damián Valdés Galloso —único sospechoso formalmente acusado— intenta desviar la atención con una versión plagada de contradicciones y sin sustento.

En un interrogatorio grabado el 29 de octubre de 2024, horas después de su arresto en Nueva York, Valdés Galloso declaró: “Ustedes saben que yo no lo maté”. Según él, El Taiger habría llegado a su casa en Hialeah acompañado por dos hombres. Asegura que uno se quedó afuera y otro entró con la víctima, insinuando que este último fue el autor del disparo mortal. Sin embargo, las cámaras de seguridad desmienten esa versión: el artista llegó solo, sin escoltas ni testigos.

Valdés afirma que el cantante acudió a pedirle 20 mil dólares, cuando ya le debía otros 18 mil. Después, según su relato, se alejó brevemente y al regresar encontró a El Taiger sangrando en su portal. La supuesta reacción del acusado fue llamar a su familia y al 911. Pero los registros indican que la llamada se produjo casi dos horas después del disparo, tras haber arrastrado el cuerpo del artista hasta su vehículo y abandonarlo frente a un hospital.

Lejos de esclarecer los hechos, su declaración complica aún más su situación. Dijo que un hombre blanco y corpulento, con tatuajes en el cuello, fue quien disparó. No aportó nombre, pruebas ni conexión con la víctima. Negó también haber manipulado la escena, aunque las autoridades encontraron sangre dentro de su casa, en lugares que indican limpieza posterior al crimen. Además, el video del incidente muestra claramente a Valdés disparando y arrastrando el cuerpo.

Con estos elementos, la Fiscalía de Miami-Dade lo acusa de asesinato en primer grado, manipulación de evidencias y posesión ilegal de arma de fuego. Aunque no se solicitará la pena de muerte, Valdés enfrenta cadena perpetua. El juicio está programado para el próximo 15 de septiembre.

La defensa aún no ha explicado cómo sostendrá la versión de su cliente ante las imágenes que lo incriminan. El Taiger, quien había cultivado una carrera exitosa en la música urbana y tenía una creciente base de seguidores, murió con una herida de bala en la cabeza a corta distancia, un disparo que, según la autopsia, no deja lugar a dudas sobre la intención homicida.

El intento de Valdés por culpar a un tercero invisible es tan burdo como trágico. Lo que parecía una simple transacción entre conocidos terminó en un crimen que no solo apagó una vida, sino que destapó la podredumbre que suele esconderse detrás del dinero, las deudas y las falsas lealtades.

Mientras la justicia se abre camino, el recuerdo de El Taiger vive en su música y en el dolor de sus fanáticos. Damián Valdés Galloso, con su versión frágil y sus silencios sospechosos, tendrá que enfrentar el peso de las pruebas y la indignación de una comunidad que no tolerará la impunidad.

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