Jenny Pantoja denuncia cerco policial en Matanzas durante protesta pacífica del 18

La intelectual y activista cubana Jenny Pantoja Torres denunció este viernes que fue objeto de un cerco policial desde las primeras horas de la mañana en su vivienda en Matanzas, como parte del hostigamiento sistemático del régimen contra quienes ejercen el derecho a la protesta pacífica.

“Hoy no salí de casa. Desde el amanecer estaba rodeada de policías y agentes de la CI”, escribió en su cuenta de Facebook, junto a imágenes que muestran un carro patrullero con el número 762 y varios agentes apostados frente a su domicilio. A pesar de la represión, aseguró que ya había cumplido con su tradicional protesta cívica que realiza cada día 18 en memoria del movimiento impulsado por la profesora Alina Bárbara López Hernández, quien también ha sido víctima de vigilancia y detenciones arbitrarias por parte de la Seguridad del Estado.

Jenny, que ha sido una voz activa en la denuncia del autoritarismo cubano, añadió un nuevo punto a sus habituales demandas: la renuncia de todos los diputados que aplaudieron a la recientemente destituida ministra de Trabajo y Seguridad Social. “Ellos también deben renunciar por no representar a este pueblo”, afirmó.

La exministra se ganó el repudio popular tras sus polémicas declaraciones que culpaban a los ciudadanos por su situación de pobreza, afirmando que el Estado no podía darlo todo sin que el pueblo ofreciera algo a cambio. Las palabras fueron recibidas con indignación en redes sociales, y su salida del cargo fue interpretada como una victoria de la presión ciudadana.

No obstante, Jenny Pantoja subraya que el problema es estructural: los diputados que aplaudieron esas palabras sin objeción alguna también deben ser responsables. Su exigencia se suma al clamor creciente por una representación política real que no actúe como simple coro del poder.

La imagen de Pantoja haciendo el gesto de “L” de libertad frente al monumento de José Martí refuerza su compromiso con la causa democrática. Su valentía —en un contexto de vigilancia, represión y amenazas— simboliza la resistencia de muchos cubanos que, a pesar del miedo, se niegan a callar.