Desalojo forzoso en la madrugada deja a varias familias con niños en la calle en Centro Habana

En la madrugada de este sábado 6 de julio, autoridades cubanas ejecutaron un desalojo forzoso contra varias familias sin techo que se habían refugiado en locales estatales abandonados en Centro Habana. El operativo comenzó a las 4:00 a.m., bajo total oscuridad, y dejó en la calle a mujeres con niños pequeños, entre ellas Arianne Martínez, madre de un hijo.

Arianne cuenta que el pasado 16 de abril, ante la desesperación y la falta de alternativas habitacionales, decidió junto a otras madres ocupar una antigua carnicería abandonada en el municipio. “Lo hicimos por nuestros hijos, porque no teníamos a dónde ir”, explicó. Pero esta madrugada, después de más de dos meses de haberse establecido allí, fueron expulsadas por la fuerza.

Actualmente se encuentran en la sede del Poder Popular de Centro Habana, sin solución ni garantías. “Tengo miedo, pero más miedo me da ver a mi hijo durmiendo en la calle. Ya no tengo nada que perder”, dijo Arianne conmocionada. Relata que no es la única afectada, y que durante el operativo también comenzaron a sacar a otras familias que se encontraban en situaciones similares en otros inmuebles.

La escena es angustiante: colchones en el suelo, niños pequeños iluminados apenas con una lámpara, madres intentando mantener la calma mientras lo han perdido todo. A pesar del temor a represalias por denunciar lo ocurrido, Arianne decidió alzar la voz por su hijo y por tantas otras madres que hoy enfrentan el mismo drama en silencio. Solo espera que, cuando llegue el momento decisivo, las demás familias se unan para exigir una solución digna, sin temor a represalias por haber acudido a la prensa a denunciar lo que están viviendo, no solo ella, sino todas las personas que están siendo desalojadas en este momento.

Este desalojo se produce en medio de una aguda crisis habitacional en Cuba, donde muchas familias no pueden acceder a una vivienda digna ni encuentran respuesta en las instituciones. Ante esta realidad, cada vez más personas recurren a ocupar inmuebles estatales abandonados como única alternativa.

Mientras tanto, madres como Arianne siguen esperando, con sus hijos en brazos, que alguien se haga responsable.

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