El régimen desata una ola de represión para impedir contacto entre activistas y diplomáticos de EE.UU.

El régimen cubano desató este 2 de julio una feroz operación represiva para impedir que activistas de derechos humanos, periodistas independientes y familiares de presos políticos asistieran a la recepción oficial de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, organizada con motivo del Día de la Independencia de ese país. Lo que debía ser un acto protocolar se convirtió en una jornada de detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y un despliegue de vigilancia propio de un estado policial.

Desde horas tempranas de la mañana, agentes de la Seguridad del Estado sitiaron viviendas, interceptaron vehículos diplomáticos, realizaron detenciones callejeras y extendieron una red de vigilancia sobre todo aquel vinculado a la disidencia. El objetivo era claro: aislar a la sociedad civil independiente y evitar cualquier contacto directo con el Encargado de Negocios Mike Hammer.

El régimen criminaliza incluso una invitación diplomática

Entre los arrestados se encuentra Manuel Cuesta Morúa, vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática en Cuba, detenido junto a Rolando Lobaina, presidente de la Alianza Democrática Oriental, cuando ambos se dirigían a la recepción. Aunque Lovaina fue liberado, Cuesta Morúa estuvo preso en una celda de la estación de Aguilera, en el municipio Diez de Octubre, Marthadela Tamayo y Osvaldo Navarro también fueron detenidos y les decomisaron sus teléfonos.

También fueron hostigadas madres de presos políticos como Marta Perdomo, Liset Fonseca Rosales y Layda Yirkis Jacinto Abad, quienes esperaban en casa de Fonseca la llegada de un vehículo diplomático. La policía obligó al conductor a alejarse, interceptó el auto a una cuadra y bajó por la fuerza a Greisy Oliva, esposa del preso Nadir Perdomo. El mensaje del régimen es inequívoco: ningún cubano puede relacionarse libremente con representantes extranjeros.

A esta lista se suma el arresto de Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, interceptada al salir de su casa; el cerco a periodistas como Yoani Sánchez, Camila Acosta y Reinaldo Escobar; así como el control policial impuesto sobre excarcelados del 11J y familiares de manifestantes, que se vieron privados de libertad sin orden judicial alguna.

Terror preventivo ante el aniversario del 11J

Estas acciones se inscriben dentro de una estrategia represiva que se intensifica de cara al cuarto aniversario de las protestas del 11 y 12 de julio de 2021. La Seguridad del Estado ha impuesto reclusiones domiciliarias, detenciones en la vía pública y desapariciones forzadas, incluso contra jóvenes recientemente excarcelados. Es una campaña sistemática de terror preventivo diseñada para frenar cualquier posibilidad de organización o expresión en torno a la fecha que marcó un antes y un después en la lucha cívica cubana.

Un país en crisis y un gobierno aferrado al poder

Mientras el país se hunde en la miseria, la violencia, el hambre, la insalubridad, las drogas y el crimen, el régimen concentra todos sus recursos en reprimir. No hay voluntad de diálogo, ni capacidad de gestión. La cúpula gobernante solo ofrece más cárcel, más miedo y más control.

Lo ocurrido el 2 de julio no fue un exceso, fue una directriz. La dictadura ya no disimula: hostigar a quien piense distinto y castigar incluso a quienes acepten una invitación diplomática es parte estructural de su maquinaria de poder.

ClickCuba denuncia

Desde ClickCuba denunciamos esta nueva oleada de represión. No es un hecho aislado, es la política oficial del régimen cubano. Mientras más cerca esté el pueblo de la verdad, más brutal es el intento por silenciarlo.

Pensar es delito. Hablar es castigo. Pero callar no es una opción.

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