
Arrestan violentamente a Berta Soler para impedir su participación en acto diplomático por el 4 de julio
El régimen cubano desplegó este miércoles una intensa operación represiva para impedir que activistas y periodistas independientes asistieran a la tradicional recepción por el Día de la Independencia de Estados Unidos, organizada por la Embajada norteamericana en La Habana. Entre los hechos más graves se encuentra el arresto violento de la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, cuando intentaba salir de la sede del movimiento en Lawton.
Según denunció su esposo, el también exprisionero político Ángel Moya, Soler fue interceptada a las 2:00 p.m. por agentes de la Seguridad del Estado y policías vestidos de civil. Las imágenes compartidas muestran el momento en que fue sujetada por la fuerza por varias mujeres vinculadas a las fuerzas represivas del régimen y subida a una patrulla policial mientras pedía auxilio a gritos.

Berta Soler había sido formalmente invitada a la recepción diplomática organizada con motivo del 4 de julio, un evento que tradicionalmente reúne a miembros de la sociedad civil independiente y del cuerpo diplomático extranjero. Su arresto forma parte de una ofensiva nacional del régimen para impedir cualquier contacto entre estos sectores.
Desde tempranas horas de la mañana, numerosos opositores y periodistas reportaron vigilancia, cercos domiciliarios, amenazas y detenciones arbitrarias. Entre los afectados se encuentran Yoani Sánchez y Reynaldo Escobar (14ymedio), Camila Acosta, María Cristina Labrada, Librado Linares, los hermanos Bárbaro y Juan Alberto de Nuez Ramírez, Wilber Aguilar, el profesor Pedro Albert Sánchez y el doctor Fernando Vázquez. La lista continúa en crecimiento a medida que avanzan las horas.
Las autoridades buscan evitar a toda costa que se visibilice el respaldo internacional a las voces disidentes, especialmente tras la reciente gira del Encargado de Negocios Mike Hammer, quien recorrió varias provincias del país para escuchar directamente al pueblo cubano. Esa cercanía incomodó al régimen, que hoy responde con una muestra más de represión y violencia.
Organizaciones de derechos humanos han condenado estas acciones, señalando que violan libertades básicas como el derecho a la libre asociación y la participación en espacios públicos. Mientras tanto, la sociedad civil cubana continúa enfrentando el costo del pensamiento independiente bajo un sistema que criminaliza el disenso.







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