María Corina Machado respalda a Rosa María Payá y llama a defender la democracia en las Américas

La líder opositora venezolana María Corina Machado expresó públicamente su respaldo a la activista cubana Rosa María Payá, en medio de los debates sobre el papel de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el futuro de la democracia en la región. A través de un mensaje publicado en su cuenta oficial de X (antes Twitter), Machado reafirmó el compromiso de los demócratas del continente con los pueblos de Venezuela, Cuba y Nicaragua, países gobernados por regímenes autoritarios.

“Te acompañamos y apoyamos en este enorme reto”, escribió la dirigente venezolana, dirigiéndose directamente a Payá, quien actualmente participa en la Asamblea General de la OEA defendiendo los derechos civiles y políticos del pueblo cubano.

Machado subrayó que tanto la OEA como el Sistema Interamericano fueron concebidos con un mandato claro: “la defensa y la promoción de los derechos humanos y la democracia en el Hemisferio”. En este sentido, advirtió sobre una amenaza concreta que, a su juicio, pretende destruir las instituciones que han sostenido esos valores durante décadas.

“No podemos permitir que fuerzas antidemocráticas y antioccidentales destruyan las instituciones que por décadas han promovido los valores que nos unen: la dignidad humana, la justicia, la democracia, los derechos humanos y la Libertad”, afirmó.

En su mensaje, la líder venezolana reiteró que la amenaza contra esos principios es real y que los ciudadanos del continente tienen el deber de “derrotarlos”.

Este pronunciamiento se suma a una creciente ola de apoyo a las voces de la sociedad civil que, como Rosa María Payá, han elevado sus denuncias en escenarios internacionales contra la represión y el autoritarismo en Cuba, Venezuela y Nicaragua. La coincidencia entre los sectores democráticos de estos países representa, para muchos, una señal de que la unidad hemisférica es clave en la lucha por la libertad.

La publicación de María Corina Machado refuerza la idea de una alianza interamericana por la democracia, en un momento donde los organismos regionales enfrentan presiones y cuestionamientos sobre su eficacia y compromiso con los pueblos oprimidos del continente.