
Asesinan a golpes a un hombre en Guantánamo tras reclamar una deuda: familiares exigen justicia
Un trágico suceso ocurrido el pasado domingo en la localidad de Mariana, municipio San Antonio del Sur, provincia de Guantánamo, ha conmocionado a la comunidad y ha desatado un clamor ciudadano por justicia. Jiorbanis Rodríguez Palmero, conocido por sus vecinos como “Conejo”, fue brutalmente golpeado por tres individuos tras reclamar un dinero que le debían, y murió horas después tras una intervención quirúrgica de emergencia.
Según denuncias compartidas en grupos locales de Revolico y recibidas de manera anónima por ciudadanos preocupados, los presuntos agresores han sido identificados como Savito Orduñez, Alexey Laffita Calderín y Yasmel Parra Mosqueda. El motivo de la agresión habría sido una deuda que Savito mantenía con la víctima. Al reclamarla, Jiorbanis fue atacado entre los tres con una violencia desmedida.
La agresión ocurrió en una zona montañosa del municipio. La víctima fue trasladada de inmediato al hospital de la localidad, donde una enfermera intentó prestarle los primeros auxilios. Sin embargo, según testigos, los atacantes también intimidaron al personal médico, llegando incluso a amenazar a la enfermera que intentaba salvarle la vida. Jiorbanis presentaba coágulos de sangre en la boca y lesiones graves en la cabeza, que finalmente le provocaron la muerte.
A pesar de la gravedad de los hechos, al menos uno de los agresores, Savito Orduñez, seguía en libertad hasta el día de ayer, según los denunciantes. Esta impunidad ha generado indignación entre familiares, amigos y vecinos, que han comenzado a exigir acciones concretas por parte de las autoridades.
“Era un hombre humilde, trabajador, padre de dos niños pequeños y esposo. No tenía antecedentes, solo fue a reclamar lo que era suyo”, se lee en uno de los mensajes compartidos.
ClickCuba se une a la exigencia de verdad y justicia para Jiorbanis Rodríguez Palmero. Los autores de este crimen no pueden quedar impunes. La violencia no puede seguir siendo moneda corriente en los conflictos cotidianos, y mucho menos puede tolerarse la intimidación al personal médico que lucha por salvar vidas.
Si las autoridades no actúan con transparencia, la ciudadanía tiene el deber moral de alzar la voz y exigir que se impongan responsabilidades. Los responsables deben ser juzgados con todo el peso de la ley.







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