Indignación en Camagüey por las deplorables condiciones de un hospital: “Una amenaza para la vida”

El periodista independiente José Luis Tan Estrada ha denunciado públicamente, a través de una serie de imágenes estremecedoras, el alarmante estado de abandono e insalubridad en un hospital camagüeyano. Las fotografías, que circulan en redes sociales, revelan un panorama desolador y antihigiénico que pone en riesgo a pacientes y trabajadores del sistema de salud.

Entre los elementos más impactantes se encuentran baños atascados y rebosantes de heces, muebles oxidados, basura médica desbordada, suciedad acumulada en el suelo y hasta una infestación de hormigas. Las imágenes muestran camillas rotas, colchones manchados y áreas hospitalarias que, lejos de transmitir sanidad, reflejan abandono y precariedad.

José Luis Tan Estrada, quien ha documentado en varias ocasiones el deterioro del sistema de salud en la provincia, señaló que esta situación no es un caso aislado, sino parte de una crisis estructural. “Mientras el régimen promueve la supuesta excelencia del sistema de salud cubano en foros internacionales, los hospitales están colapsados, sin recursos, con condiciones que rozan lo criminal”, escribió el periodista.

A pesar de la propaganda oficial que insiste en presentar a Cuba como una potencia médica, la realidad vivida por los cubanos contradice ese relato. “Es indignante que los enfermos tengan que ser ingresados en lugares tan sucios, donde ni siquiera hay condiciones básicas de higiene. Esto no es una sala hospitalaria, es una trampa para la salud”, comentó un usuario en respuesta a la publicación de Tan Estrada.

Las imágenes también muestran la falta de mantenimiento general: baños sin agua, basureros repletos y oxidados, insectos caminando libremente por las salas, y estructuras deterioradas. La sensación general que transmiten es de abandono, miseria e indiferencia institucional.

Este tipo de denuncias pone de relieve la gravedad de la crisis sanitaria en Cuba, donde las carencias materiales, la falta de personal motivado y los recortes sistemáticos dejan al sistema de salud pública al borde del colapso, mientras los ciudadanos padecen las consecuencias directas.

En un contexto de creciente protesta social y denuncias públicas, este tipo de evidencias gráficas se convierten en testimonios irrefutables de una realidad que el régimen intenta ocultar. La pregunta que muchos se hacen es: ¿hasta cuándo?

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