El régimen cubano revoca la libertad de Donaida Pérez Paseiro en represalia por su activismo político

La activista cubana Donaida Pérez Paseiro ha sido enviada nuevamente a prisión tras la revocación de su medida cautelar, una decisión arbitraria que responde directamente a su persistente labor política en favor de los derechos humanos. Este acto de represión confirma un patrón creciente en Cuba: el régimen excarcela con condiciones y luego encarcela de nuevo como castigo ejemplar.

Donaida fue una de las 553 personas —entre presos políticos y comunes— liberadas recientemente bajo medidas cautelares supuestamente gestionadas por la Iglesia Católica en el marco del Año Jacobeo. Sin embargo, diversas fuentes señalan que la liberación masiva tuvo un objetivo político encubierto: ofrecer una imagen de “apertura” para que el gobierno de Joe Biden a retirase a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Una vez que la administración Trump volvió a incluir a la isla en esa lista, el régimen comenzó a revertir las liberaciones, devolviendo a prisión a quienes consideraban peligrosos por su influencia social y política.

En el caso de Donaida, su activismo continuó inmediatamente tras su salida: participó en encuentros opositores, denunció la situación de los presos políticos, y visibilizó la represión que sufre la sociedad civil. El régimen, fiel a su estrategia de castigo, utilizó la acusación genérica de “incumplimiento de normas de conducta” para justificar su reingreso en prisión.

Su esposo, el también activista Loreto Hernández García, permanece encarcelado desde hace años, víctima de la misma represión. Juntos forman un matrimonio comprometido con la fe evangélica y con la lucha por la libertad, razón por la cual han sido sistemáticamente perseguidos tanto por sus creencias religiosas como por su disidencia política.

Este tipo de revocación no es nuevo. José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), también fue excarcelado con restricciones y vuelto a encarcelar por mantenerse firme en sus ideales. Lo mismo ha sucedido con Félix Navarro Rodríguez, del Partido Pedro Luis Boitel, quien tras ser liberado bajo condiciones similares fue nuevamente encarcelado por expresar públicamente su oposición.

Estos casos revelan que las excarcelaciones no responden a razones humanitarias, sino a maniobras tácticas del régimen. No son gestos de buena voluntad, sino concesiones temporales con fecha de caducidad. Cuando el beneficio político se agota, la represión regresa con fuerza.

La revocación de Donaida Pérez Paseiro es una advertencia del régimen a quienes se atreven a ejercer su libertad de expresión. También es un recordatorio a la comunidad internacional de que la dictadura cubana no ha cambiado, y que sus supuestas reformas son simples estrategias de supervivencia.

Mientras Loreto continúa en prisión y Donaida regresa a una celda por negarse a callar, el pueblo cubano sigue pagando el precio de una libertad secuestrada por intereses ideológicos. La comunidad internacional no puede seguir siendo cómplice con su silencio. La libertad de todos los presos políticos debe ser incondicional, no negociada ni revocable.

Deja un comentario

Suscribirse

Tendencias