Cristina Kirchner a prisión: confirman seis años de condena por corrupción y la inhabilitan de por vida

La aliada del castrismo cae por defraudación millonaria al Estado argentino

La Corte Suprema de Justicia de Argentina ha confirmado este martes la condena a seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos contra la ex presidenta y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, por su responsabilidad en un escandaloso caso de corrupción durante su mandato.

La sentencia ratifica lo que millones de argentinos ya sabían: el desfalco sistemático al Estado se hizo política de gobierno bajo el kirchnerismo. Cristina fue hallada culpable de favorecer a dedo a empresas constructoras vinculadas a su socio Lázaro Báez con 51 contratos viales fraudulentos en la provincia de Santa Cruz. El caso —conocido como “Vialidad”— documentó sobreprecios, obras inconclusas y un saqueo millonario a las arcas públicas.

Cristina, lejos de expresar arrepentimiento, se presentó como víctima de una supuesta persecución política: “Soy una fusilada que vive”, dijo tras conocer el fallo, utilizando un lenguaje dramático con el que ha intentado posicionarse como mártir del sistema judicial, en vez de asumir su rol como autora de una de las mayores estafas al pueblo argentino.

La caída de una vieja amiga del castrismo

Más allá de las fronteras argentinas, la noticia resuena con fuerza también en Cuba, donde Cristina Kirchner ha sido una figura cercana al régimen. Su admiración por Fidel Castro y sus múltiples visitas a la Isla —incluso para recibir tratamiento médico— consolidaron una amistad ideológica con la dictadura. Durante años, ha elogiado el “modelo revolucionario” cubano y ha sido parte del bloque de gobiernos afines al castrismo en América Latina.

Cristina fue una de las pocas líderes internacionales que mantuvo un respaldo incondicional al régimen, incluso tras las protestas del 11J y la represión brutal contra el pueblo cubano. Su condena por corrupción no solo la inhabilita políticamente en Argentina, sino que deja expuesta la hipocresía de quienes se han erigido como defensores de los pueblos mientras se enriquecían a costa del sufrimiento de sus ciudadanos.

¿Prisión efectiva?

La sentencia, aunque firme, aún no se ejecutará de inmediato. A sus 72 años, Fernández de Kirchner podría cumplir la pena en arresto domiciliario, pero el impacto simbólico es devastador: es la primera vez que un expresidente argentino recibe una condena penal firme por corrupción.

El fallo se produce en medio de una crisis interna en el kirchnerismo, que ve desmoronarse su figura más emblemática. El presidente Javier Milei celebró el fallo como un acto de justicia, mientras en las calles sus seguidores golpeaban bombos en defensa de su líder caída, repitiendo el discurso del “lawfare” ya habitual entre los populistas latinoamericanos.

Un final anunciado

Desde ClickCuba lo hemos advertido: los aliados del castrismo en la región han utilizado el poder no para liberar a sus pueblos, sino para sostener redes de corrupción y represión. Cristina Kirchner es solo una de las piezas de un engranaje más amplio, que incluye a regímenes como el cubano, el venezolano y el nicaragüense, todos unidos por una retórica supuestamente antiimperialista que solo ha servido para encubrir sus abusos y privilegios.

Ahora, Cristina enfrentará otros procesos judiciales y, posiblemente, apelaciones ante organismos internacionales. Pero lo cierto es que su carrera política ha terminado. Y con su caída, también se derrumba parte del relato heroico que la izquierda autoritaria enarboló durante años.

En resumen:

Condena ratificada: 6 años de prisión y exclusión de por vida de la política.

Caso Vialidad: adjudicación fraudulenta de obras públicas por más de 84.000 millones de pesos.

Reacción de Cristina: se presenta como víctima, comparándose con los fusilados del pasado.

Vínculo con Cuba: aliada ideológica del régimen castrista, que hoy guarda silencio ante su condena.

Impacto regional: otro golpe al eje bolivariano en América Latina.

ClickCuba seguirá informando, con la verdad como escudo, sobre la caída de los corruptos, los autoritarios y quienes se han aprovechado del poder para enriquecerse, mientras los pueblos, como el cubano, siguen pagando el precio de su traición.