Foto propiedad AFP

Atentado contra Miguel Uribe Turbay: un disparo contra la democracia en Colombia

Lo ocurrido este sábado en la capital colombiana no fue un hecho aislado. Fue un intento directo de silenciar a una voz opositora, a plena luz del día y frente a decenas de ciudadanos. El senador Miguel Uribe Turbay, figura clave del partido Centro Democrático y uno de los principales aspirantes a la presidencia en 2026, fue víctima de un atentado armado durante un acto político en el barrio Modelia-Fontibón, al occidente de Bogotá.

Tres disparos, un solo objetivo: silenciar

Mientras hablaba ante vecinos y simpatizantes, un menor de 14 años le disparó por la espalda. Dos balas impactaron en su cabeza y una en su pierna. Las imágenes del ataque circulan por redes sociales, mientras la indignación crece. No se trató de un robo ni de violencia común: fue un ataque contra una figura política opositora.

El joven agresor fue detenido en el lugar, herido en el pie tras ser reducido por la seguridad. Ha sido identificado como Juan Sebastián Rodríguez Casallas.

Lucha por su vida

Uribe Turbay fue trasladado de emergencia a un centro médico y posteriormente operado en la Fundación Santa Fe. Fue sometido a neurocirugía y cirugía vascular. Según el parte médico, su estado reviste “la máxima gravedad” y el pronóstico es reservado.
Su esposa, María Claudia Tarazona, pidió oraciones por su vida y agradeció el respaldo recibido.

Condena unánime, pero pocas respuestas

El presidente Gustavo Petro suspendió su agenda internacional y calificó el atentado como “un golpe contra la democracia”. Desde todos los sectores políticos hubo condena, pero también preguntas: ¿cómo fue posible que un menor accediera a un arma y se acercara tanto a un senador protegido por el esquema estatal?

El Ministerio de Defensa ofreció una recompensa de tres mil millones de pesos por información que ayude a esclarecer los hechos, mientras la Fiscalía abrió una investigación de máxima prioridad.

Reacciones internacionales

El atentado ha generado repercusiones más allá de las fronteras. Desde Estados Unidos, el senador Marco Rubio expresó que se trató de un ataque contra las instituciones democráticas colombianas. Otros gobiernos de la región se sumaron al rechazo, con llamados a proteger a los actores políticos frente a la creciente violencia.

Una historia familiar marcada por la violencia

El atentado revive el trauma de una familia marcada por la violencia política. Miguel Uribe Turbay es hijo de Diana Turbay, periodista asesinada en 1991 durante un intento de rescate tras su secuestro por el cartel de Medellín. Su abuelo, Julio César Turbay Ayala, fue presidente de Colombia. Hoy, esa herencia vuelve a teñirse de sangre.

¿Quién se beneficia de este atentado?

Más allá del crimen en sí, el intento de asesinar a Miguel Uribe Turbay es un mensaje alarmante sobre el estado del debate político en Colombia. En un clima de polarización, amenazas y persecución, la violencia vuelve a ser utilizada como herramienta para callar a quienes piensan distinto.

Lejos de intimidar, el atentado ha despertado solidaridad y preocupación. La ciudadanía colombiana tiene ante sí un nuevo reto: defender la democracia, una vez más, frente a la sombra de las balas.

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