Tensión entre Trump y Musk: El empresario desmiente afirmaciones del presidente sobre el proyecto de ley de vehículos eléctricos

Elon Musk y Donald Trump han protagonizado un nuevo cruce público que revela las crecientes tensiones entre dos de las figuras más influyentes de Estados Unidos. El presidente republicano, durante declaraciones recientes, expresó su decepción hacia el CEO de Tesla y SpaceX, afirmando que le había brindado apoyo y que Musk “conocía los entresijos del proyecto de ley mejor que nadie”. Trump añadió que el empresario empeoró la situación tras enterarse de que su administración recortaría el mandato de vehículos eléctricos.

“Estoy muy decepcionado con Elon. Lo he ayudado mucho. Conocía los entresijos del proyecto de ley mejor que nadie aquí. No le importó. De repente, se encontró con un problema, y solo lo agravó cuando se enteró de que íbamos a recortar el mandato de vehículos eléctricos”, declaró Trump, insinuando que Musk estaba al tanto de las decisiones legislativas clave sobre la industria automotriz.

La respuesta de Musk no tardó en llegar y fue contundente. A través de su cuenta en X (antes Twitter), desmintió rotundamente las declaraciones del expresidente:
“¡Falso! Este proyecto de ley nunca me fue mostrado ni una sola vez y fue aprobado en plena noche tan rápido que casi nadie en el Congreso pudo siquiera leerlo”, escribió Musk, dejando claro que, según él, ni tuvo conocimiento previo del contenido ni participó en su redacción o promoción.

La disputa gira en torno a un polémico proyecto de ley que busca reducir el mandato federal sobre el uso de vehículos eléctricos, una medida impulsada por legisladores republicanos y respaldada por Trump como parte de su crítica constante a las políticas ecológicas de la administración Biden.

Aunque Musk ha sido crítico en ocasiones con el modelo de subsidios y regulaciones federales, su empresa Tesla se ha beneficiado ampliamente de políticas que fomentan el uso de energías limpias. Su postura ambigua respecto a la política estadounidense lo ha llevado a tener momentos de cercanía tanto con demócratas como con republicanos, generando fricciones en ambos bandos.

Este intercambio marca un nuevo episodio en una relación que ha pasado del acercamiento al enfrentamiento. Lo que está claro es que Musk, pese a su retórica libertaria y sus simpatías conservadoras, no está dispuesto a alinearse sin condiciones con el expresidente.

La controversia también refleja el creciente peso político que tienen figuras del sector tecnológico y empresarial en las decisiones nacionales, y cómo sus palabras —y sus redes sociales— se han convertido en trincheras clave de la batalla por el poder y la narrativa en Estados Unidos.

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