
Estudiantes universitarios se rebelan ante la censura digital y la falta de representación en Cuba
El Observatorio de Libertad Académica respalda la protesta estudiantil y denuncia posibles represalias por parte del régimen.
Este martes 4 de junio, el Observatorio de Libertad Académica (OLA) hizo pública su postura frente al creciente descontento del estudiantado universitario cubano, quienes han comenzado a manifestarse pacíficamente ante la vulneración de sus derechos digitales y la ausencia de representación auténtica dentro de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). A través de un comunicado, el OLA calificó estas respuestas como una legítima expresión de rechazo a las políticas represivas y a la crisis socioeconómica que afecta todos los aspectos de la vida en Cuba.
Según la declaración, la convocatoria estudiantil a no asistir a clases desde el 4 de junio es un reflejo directo de la falta de autonomía e independencia de la FEU, una organización que, lejos de representar a los estudiantes, actúa bajo el control del Estado. El Observatorio destaca que esta independencia estudiantil fue ganada con sacrificios y convicciones democráticas por generaciones anteriores de universitarios, y que hoy se ve socavada.
Asimismo, el OLA subraya que el acceso a las tecnologías digitales y a internet es un derecho humano esencial, reconocido por la UNESCO, y que debe formar parte del entramado metodológico de cualquier sistema educativo. En este contexto, consideran inaceptable que el acceso a la red sea tratado como un privilegio clasista dentro de un sistema donde la educación debería ser universal y equitativa.
“La base de la movilidad social radica en la posibilidad de formar recursos humanos”, señala el texto, enfatizando que esto solo es posible cuando se garantiza el acceso libre y justo al conocimiento, lo cual se ve seriamente comprometido en el actual escenario cubano.
Finalmente, el Observatorio expresa su total respaldo a las demandas del movimiento estudiantil y condena cualquier intento del Gobierno cubano de reprimir a quienes ejerzan pacíficamente sus derechos a la información y la libre expresión. Anuncian, además, que estarán monitoreando cualquier incidente represivo derivado de esta ola de protestas y de la intolerancia institucional hacia la autonomía universitaria.
Este nuevo capítulo de desobediencia pacífica revela el hartazgo de una generación que, lejos de quedarse callada, decide enfrentar la censura, la represión y la manipulación institucional desde las aulas.







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