La dictadura cubana pide 8 años de prisión para Alejandro Salazar, joven detenido por gritar “¡Tenemos hambre!” en Bayamo

La represión del régimen cubano continúa cobrando víctimas entre los más jóvenes. Alejandro Salazar Blanco, de 21 años, fue detenido durante las protestas pacíficas que estallaron días atrás en la ciudad de Bayamo, provincia Granma. Su único “delito”: gritar lo que millones de cubanos sienten y callan por miedo. “¡TENEMOS HAMBRE!”, fue su grito, que ahora el régimen pretende castigar con ocho años de prisión.

Salazar es del barrio Congrí y, según vecinos y testigos, no recurrió a la violencia. Se limitó a expresar su malestar por la crítica situación del país. Aun así, fue arrestado con brutalidad por agentes del régimen y trasladado a la unidad policial ubicada en la salida de Granma hacia Las Tunas, donde permanece incomunicado junto a otros jóvenes detenidos por manifestarse.

La fiscalía ha solicitado una condena de ocho años de privación de libertad, en un claro intento de convertir la protesta pacífica en un delito penal. Esta petición forma parte del patrón sistemático del régimen para silenciar las voces disidentes e infundir miedo en la población, que cada vez alza más fuerte su voz contra el hambre, los apagones y la falta de libertades.

La denuncia fue publicada en la página de Facebook La Tijera, que ha dado visibilidad al caso y advierte sobre la creciente ola de represión en la región oriental del país.

Alejandro Salazar es uno de tantos jóvenes cubanos que ya no quieren callar. Su encarcelamiento, lejos de sofocar el malestar, evidencia el temor del régimen a una ciudadanía que comienza a perder el miedo.

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