
Elon Musk confirma su salida del gobierno de Trump tras semanas de tensión: una decisión anunciada desde abril
La salida de Elon Musk del gobierno de Donald Trump, anunciada oficialmente este 28 de mayo, no ha sido una sorpresa para quienes han seguido de cerca su polémica participación en la administración republicana. ClickCuba ya lo había adelantado el pasado 7 de abril: la ruptura era inminente y estaba siendo orquestada tras intensas presiones empresariales, choques internos y un creciente desgaste político.
Musk, quien lideraba el denominado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), fue presentado como el artífice de una ambiciosa estrategia para recortar el gasto público y acabar con la burocracia. Sin embargo, la gestión del magnate —más cercana a un espectáculo de marketing que a una reforma de Estado— se convirtió rápidamente en una fuente de caos para múltiples agencias federales. Entre despidos masivos, desplantes públicos y decisiones controvertidas, su presencia en el gobierno fue perdiendo apoyo incluso entre aliados de Trump.
La renuncia oficial llega luego de que Musk criticara duramente el nuevo megaproyecto de ley de gastos impulsado por la administración Trump, al que calificó de “decepcionante” por su impacto en el déficit fiscal. Esa fue la gota que colmó el vaso: un desacuerdo de fondo sobre las prioridades económicas y la eficiencia institucional terminó sellando la salida que ya se había negociado en privado desde abril.
Durante su tiempo en el cargo, Musk protagonizó episodios polémicos como usar una motosierra en un mitin republicano o realizar un gesto durante la inauguración de Trump que fue interpretado por algunos sectores como un saludo nazi. Estos actos, lejos de fortalecer su imagen, provocaron protestas y malestar tanto en la ciudadanía como en el entorno empresarial.
El impacto no se limitó a lo político. Las acciones de Tesla y SpaceX sufrieron una caída abrupta en bolsa, y el propio Musk reconoció que su implicación con la Casa Blanca afectó gravemente la percepción pública de sus compañías. De hecho, una de las razones que justificó su salida fue la necesidad de reenfocarse en la recuperación de sus negocios ante la pérdida sostenida de ingresos.
Aunque Musk ha manifestado gratitud por la experiencia y ha elogiado algunos aspectos de su colaboración con Trump, su retiro marca un giro definitivo. El llamado “Primer Amigo” de Trump, que en 2024 donó más de 260 millones de dólares a su campaña, se despide ahora del escenario político en medio de cuestionamientos éticos, contradicciones presupuestarias y una caída estrepitosa en popularidad.
El tiempo dirá si este distanciamiento es definitivo o si, como en ocasiones anteriores, Musk y Trump volverán a cruzar caminos. Por ahora, lo claro es que aquella promesa de eficiencia estatal terminó convertida en una novela de desencuentros y tensiones donde, una vez más, el poder empresarial demostró no ser inmune al desgaste político.







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