Mike Hammer regresa a Santiago de Cuba y reaviva la esperanza de los cubanos: “Un diplomático con sentido humano”

El Encargado de Negocios de Estados Unidos en Cuba, Mike Hammer, volvió este viernes a Santiago de Cuba como parte de su compromiso con el pueblo cubano y, en especial, con los presos políticos. Su intención era reencontrarse con el líder opositor José Daniel Ferrer García, pero el régimen cubano lo ha vuelto a encarcelar injustamente. Ante esta nueva arbitrariedad, Hammer se reunió con la esposa del disidente, la doctora Nelva Ortega, a quien describió como “una mujer fuerte y comprometida con su comunidad”.

La visita fue compartida por la Embajada de Estados Unidos en Cuba, generando una ola de comentarios positivos y mensajes de apoyo por parte de activistas, periodistas y ciudadanos dentro y fuera de la isla. Mario J. Pentón, periodista cubano exiliado, destacó: “¡Excelente, embajador! Se nota con quién está Estados Unidos, con los presos políticos, con los pobres de #Cuba”.

Otros usuarios, como David Ferrer, valoraron la iniciativa como un gesto sin precedentes: “Hacía mucho tiempo que no teníamos un Embajador en La Habana que hiciera esto y se preocupara por el sentir de la disidencia. Ojalá Cuba no lo fuerce a salir”. Gilberto Llorca añadió que esta visita envía un mensaje potente a la población: “Esto es novedoso en Cuba, que un embajador toque la puerta de casa de los disidentes. Nos está dando una señal”.

Hammer no solo ha demostrado coherencia diplomática, sino también una postura ética clara frente a la represión en la isla. Desde su llegada, ha visitado a ciudadanos comunes, se ha reunido con familias afectadas por la represión y ha escuchado testimonios de dolor, injusticia y resistencia.

Su más reciente acto, acompañado de un llamado a la liberación inmediata de José Daniel Ferrer y otros presos políticos como Félix Navarro, consolida su imagen como una figura respetada entre los cubanos que anhelan libertad.

En un país donde los diplomáticos europeos prefieren los salones del poder, la figura de Mike Hammer, tocando puertas humildes y escuchando a las víctimas del régimen, se ha convertido en símbolo de esperanza.