
Bahamas pone fin al negocio de la esclavitud médica cubana: pagará directamente a los doctores de la isla
En una decisión que representa un duro golpe al sistema de exportación forzosa de médicos cubanos, el gobierno de Bahamas anunció que a partir de ahora pagará directamente a los galenos de la isla que laboran en su territorio, sin entregar un centavo al régimen de La Habana. Esta medida, que podría sentar un precedente para otros países del Caribe y América Latina, responde a la creciente presión internacional y al compromiso de Nassau con los derechos laborales y la transparencia.
El primer ministro bahameño, Philip Davis, reconoció públicamente que prácticas como la retención de pasaportes y la apropiación de hasta el 92% del salario de los profesionales de la salud por parte del gobierno cubano pueden constituir formas de explotación. “Eso podría interpretarse como trabajo forzado”, afirmó Davis, quien aseguró que se están revisando todos los acuerdos bilaterales para evitar abusos y garantizar el pago justo y directo a todos los trabajadores extranjeros, sin intermediarios.
El anuncio ocurre después de que Estados Unidos calificara las misiones médicas cubanas como una moderna forma de esclavitud, denunciando la manipulación de estos programas para obtener divisas mientras los médicos viven en condiciones precarias y bajo estricta vigilancia. Washington ha impuesto restricciones de visa a funcionarios cubanos y de terceros países implicados en estas prácticas.
Durante años, el régimen cubano ha vendido al mundo una imagen altruista de sus brigadas médicas, ocultando que se trata de un lucrativo negocio estatal que convierte a los profesionales en mercancía de exportación. En Bahamas, por ejemplo, se descubrió que los médicos cubanos apenas reciben unos 1.000 dólares mensuales, mientras el gobierno de Díaz-Canel cobra más de 5.000 por cada uno. Ni alojamiento ni transporte corren a cuenta del trabajador; todo lo cobra La Habana, mientras los doctores apenas tienen control sobre su salario ni libertad de movimiento.
“Esta decisión del gobierno bahameño es un paso valiente y ético”, declaró un activista consultado por ClickCuba, que pidió anonimato por temor a represalias. “Los médicos cubanos no son esclavos del Estado. Son seres humanos, profesionales, padres, madres. Merecen ser tratados con dignidad”.
Con este giro, Bahamas envía un mensaje claro: no se prestará más a ser cómplice de un sistema que lucra con la necesidad y la vocación de servicio de los trabajadores cubanos. La medida podría abrir un nuevo capítulo en la lucha por la justicia laboral y el respeto a los derechos humanos de quienes, con bata blanca, han sido obligados a sostener la economía de un régimen en ruinas.
¿Seguirán otros países el ejemplo? La decisión está en sus manos. La dignidad no se negocia.







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