Indignación en redes por caso de madre cubana con hija discapacitada a la que le retiraron la ayuda social

Una publicación en Facebook realizada por Aleida Amaro Álvarez ha generado una ola de indignación en las redes sociales, al denunciar un hecho que retrata la crudeza del sistema de asistencia social en Cuba y la indiferencia de las autoridades frente a las necesidades de los más vulnerables.

Aleida cuenta que a su sobrina, madre de una niña con una condición médica desde el nacimiento, le fue retirada la escasa ayuda que recibía del Estado: apenas 2.500 pesos cubanos mensuales. Esta cifra, que no alcanza ni siquiera para comprar papel higiénico, era todo lo que el gobierno le proporcionaba pese a que la madre no puede trabajar debido al cuidado permanente que requiere su hija.

Según explica Amaro Álvarez, la razón detrás de la suspensión de la ayuda sería que la madre intentó emprender por cuenta propia: con el apoyo de su tía, invirtió en una pequeña dulcería para elaborar pasteles por el Día de las Madres. Este acto de autosuperación fue mal visto por trabajadoras sociales, quienes se refirieron a ella como parte de los “seres arrastrados” y llegaron incluso a comentar entre ellas que “las propias personas se matan solas”.

“El Estado cruel e inhumano le pagaba 2.500 pesitos cubanos (…) y le quitaron la ayuda porque creen que eso era mucho”, escribió Aleida. Denunció que la decisión se tomó a raíz de la publicación en redes sociales del esfuerzo de la joven madre por generar algún ingreso de forma independiente.

En un comentario adicional, Aleida expresó: “Este país solo ha sembrado eso: envidia, dolor, miseria y muchos reptiles que hacen daño y pasan por encima de hasta quien sea para ganarse una miseria”. Criticó que quienes viven de oprimir a los demás con tal de conservar sus miserables ingresos después quieren “llegar al capitalismo”, pero aseguró que el pueblo se encargará de que “sean regresados a lo que ellos mismos construyeron”.

El caso ha desatado solidaridad entre usuarios que ofrecieron apoyo a la niña —a la que identifica como Isabela— y a su madre, al tiempo que avivó el debate sobre la falta de sensibilidad del sistema de bienestar social cubano y la represión económica a quienes intentan emprender o visibilizar su situación.

Mientras tanto, miles de familias en Cuba enfrentan la misma disyuntiva: vivir en la precariedad absoluta o arriesgarse a perder lo poco que el régimen les concede si intentan sobrevivir por sí mismas.

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