Ángel Cuza, activista y reportero independiente, ha sido liberado tras cumplir una condena de un año y seis meses de prisión por el supuesto delito de «desorden público».

Su detención y encarcelamiento fueron ampliamente denunciados por organizaciones internacionales de derechos humanos, que señalaron la naturaleza política de su condena y las violaciones sistemáticas a sus derechos fundamentales.​

Cuza, colaborador del medio digital CubaNet, fue arrestado el 1 de diciembre de 2022 junto a otros dos activistas mientras intentaban comprar alimentos en una tienda de Centro Habana. El 7 de noviembre de 2023, el Tribunal Municipal de Centro Habana lo condenó a prisión. Durante su tiempo en la cárcel, fue recluido en la prisión de máxima seguridad Combinado del Este, en La Habana.​

Su historial de activismo incluye la cobertura de la explosión del Hotel Saratoga en 2022, por la cual fue detenido por la Seguridad del Estado, y su participación en la protesta de la Calle Obispo en abril de 2021 en solidaridad con el artista Luis Manuel Otero Alcántara, lo que también resultó en su encarcelamiento por varios meses sin juicio. Entre enero de 2022 y noviembre de 2023, Cuza fue objeto de 10 detenciones arbitrarias, ocho operativos de vigilancia con reclusión domiciliaria, cuatro citaciones ilegales y cuatro amenazas, además de cortes al servicio de internet, según el centro de asesoría legal Cubalex.​

La liberación de Ángel Cuza representa un alivio para quienes han seguido de cerca su caso y han abogado por su libertad. Sin embargo, su situación pone de manifiesto las continuas restricciones a la libertad de expresión y los derechos humanos en Cuba. Organizaciones como ARTICLE 19, PEN Internacional y Cubalex han instado al gobierno cubano a cesar la persecución de activistas y periodistas que cuestionan al régimen a través de sus publicaciones y la defensa de los derechos humanos.​

La comunidad internacional continúa observando de cerca la situación de los derechos humanos en Cuba, y la liberación de Cuza es vista como un paso positivo, aunque insuficiente, hacia el respeto de las libertades fundamentales en la isla.