
Inflando multitudes: el régimen cubano asegura 600 mil en La Habana, pero la realidad cuenta otra historia
El régimen cubano afirmó este 1º de mayo que más de 600,000 personas desfilaron en La Habana y 5,3 millones en todo el país, una cifra que representa casi la mitad de la población nacional. Sin embargo, las imágenes del evento y un análisis objetivo de los datos espaciales contradicen abiertamente esta narrativa oficial.
Una fotografía aérea del desfile en la Plaza de la Revolución revela una concentración significativa de personas, pero claramente limitada a una franja específica de la Avenida Paseo, con una extensión aproximada de un kilómetro y un ancho estimado de 30 metros. Según especialistas en estimaciones de multitudes, un cálculo realista basado en densidades comunes en eventos masivos (entre 2 y 4 personas por metro cuadrado) arroja una cifra de entre 60,000 y 120,000 asistentes, muy por debajo de los 600,000 que asegura el régimen.
Para alcanzar esa cifra, habría que suponer una densidad constante y extrema de público en un área de al menos 150,000 metros cuadrados, lo que no se observa ni en la imagen ni en el terreno disponible. Además, los accesos a la Plaza y los alrededores no muestran una concentración suficiente para sustentar esa magnitud.
La supuesta participación de 5,3 millones de personas a nivel nacional tampoco resiste el más mínimo análisis demográfico. Con una población de apenas 11 millones, implicaría que casi uno de cada dos cubanos participó en los desfiles, incluyendo niños, ancianos, enfermos y trabajadores de sectores esenciales. En un país golpeado por apagones de hasta 21 horas diarias, colapso del transporte público y creciente descontento social, esa afirmación parece más un ejercicio de propaganda que un reflejo de la realidad.
Lejos de ser una muestra de apoyo espontáneo, los desfiles del régimen suelen caracterizarse por la movilización forzada de trabajadores estatales, estudiantes y militares, bajo amenaza de represalias laborales o académicas. A pesar de ello, ni siquiera con esas presiones el aparato gubernamental logra reunir multitudes como las que describe en sus partes oficiales.
La discrepancia entre lo que muestran las imágenes y lo que declara el régimen no es nueva. Lo que sí resulta cada vez más evidente es que el pueblo cubano está menos dispuesto a marchar al compás de un sistema que no responde a sus necesidades ni a sus demandas.







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