Mike Hammer recorre Cuba y llama a los ciudadanos a hablar: una oportunidad para transmitir el clamor de libertad

El Encargado de Negocios de Estados Unidos en Cuba, Mike Hammer, ha enviado un mensaje claro y directo al pueblo cubano: quiere escuchar sus voces. En un video publicado en las redes sociales de la embajada, Hammer anunció que está recorriendo el país con el objetivo de conocer su realidad desde dentro, hablar con la gente común y entender sus vivencias y aspiraciones.

“Estoy recorriendo Cuba porque sé por mi experiencia como diplomático de más de 35 años […] que es muy importante para entender un país y su pueblo, de viajar y visitar todas las provincias”, expresó el diplomático, que anteriormente fue embajador en Chile y la República Democrática del Congo. Su declaración, lejos de ser un acto formal, representa una puerta abierta para que los cubanos hablen sin filtros y con valentía sobre lo que verdaderamente está ocurriendo en la isla.

En medio de la peor crisis económica y social que ha vivido el país en décadas, con un pueblo que sufre apagones de más de 20 horas, colas interminables, hambre, represión y censura, las palabras de Hammer adquieren un peso especial. “Cuando me vean por la calle, quisiera hablar con cualquier persona que quiera compartir sus perspectivas, sus ideas”, dijo, invitando a los ciudadanos a acercarse a él durante su recorrido y a escribirle al correo havanapublicaffairs@state.gov con sugerencias de lugares a visitar o con deseos de encontrarse con él.

Esta iniciativa ofrece una oportunidad real para que el pueblo cubano rompa el cerco de silencio que le ha impuesto la dictadura. Es un momento histórico que exige aprovechar cada encuentro, cada conversación, para transmitir el mensaje más urgente y necesario: Cuba quiere libertad. No reformas, no concesiones, no maquillajes del sistema. Libertad plena, con derechos garantizados, elecciones libres, justicia independiente y respeto a la dignidad humana.

El gesto de Hammer —caminar por las calles, hablar directamente con los cubanos, mirar de frente su realidad— representa un acto de empatía y compromiso con los valores democráticos. Pero ese gesto necesita ser correspondido con la verdad del pueblo: no podemos callar ni disfrazar el dolor. Es el momento de hablar de los presos políticos, de los jóvenes que se juegan la vida cruzando el mar o las selvas, de las madres que no tienen qué dar de comer a sus hijos, de los profesionales que se sienten silenciados, vigilados y humillados por un sistema que solo ofrece miseria y represión.

Cada palabra dicha a Hammer puede ser una semilla para el cambio. Cada testimonio honesto, una denuncia que atraviese fronteras. Porque no se trata solo de contar lo que falta en los mercados, sino lo que nos han robado en el alma: la posibilidad de soñar y decidir nuestro destino.

El llamado está hecho. Mike Hammer quiere conocer el país real. Es responsabilidad del pueblo cubano mostrarle la Cuba que resiste, la Cuba que anhela y exige libertad.