
Alarma sanitaria en La Habana: el brote de influenza colapsa el Hospital Pediátrico William Soler
Mientras el MINSAP comparece en la radio y televisión nacional, la situación en los hospitales se agrava silenciosamente.
Un brote de influenza en edad pediátrica ha desbordado el servicio de urgencias del Hospital Pediátrico William Soler en La Habana, obligando a las autoridades sanitarias a reubicar a los pacientes ingresados y a improvisar espacios para la atención médica, en medio del colapso del sistema de salud infantil en la capital cubana.
Según informaciones recibidas desde dentro del propio centro hospitalario, el número de niños que acuden diariamente en estado grave supera los 80, presentando fiebre alta superior a los 38 grados, tos severa, dolor de cabeza, congestión nasal, dificultad respiratoria, y en muchos casos, complicaciones como neumonía y bronconeumonía. La causa principal parece ser un brote de influenza que se ha salido de control.
Ante la creciente demanda, la dirección del hospital ha tenido que trasladar a pacientes de la sala de Neuropediatría hacia la unidad destinada a trasplantes hepáticos, una sala que, según fuentes internas, llevaba meses inactiva y presenta condiciones inadecuadas para la atención médica, incluido un sistema de aire acondicionado roto. Esta situación ha generado incomodidades y riesgos adicionales para los pacientes neurológicos que fueron trasladados allí.

Al mismo tiempo, la propia sala de Neuropediatría ha comenzado a ser utilizada para recibir a los niños con síntomas respiratorios graves, ya que las camas del servicio de respiratorio están completamente ocupadas. El colapso hospitalario no solo evidencia la gravedad del brote, sino también la falta de preparación y capacidad del sistema de salud pública para enfrentar emergencias sanitarias de este tipo.
Mientras tanto, el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) continúa priorizando las apariciones en la radio y televisión nacional, donde se enfocan en discursos institucionales sin ofrecer información detallada o medidas concretas sobre este brote específico que está afectando de forma alarmante a la población infantil de La Habana.
La falta de información oficial, sumada al evidente deterioro de la infraestructura hospitalaria y la escasez de recursos médicos, agrava el panorama. Padres y familiares denuncian largas horas de espera, falta de personal médico y condiciones insalubres en áreas donde se atiende a los menores contagiados.
Este nuevo episodio de crisis sanitaria demuestra una vez más el desfase entre la propaganda oficial y la cruda realidad que enfrentan a diario miles de cubanos. Mientras el MINSAP “comparece” ante las cámaras, la influenza avanza sin control en las calles y hospitales de la capital cubana.







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