Crisis en la Gran Logia de Cuba: masones denuncian intento de perpetuación en el poder

La negativa del Gran Maestro a convocar elecciones ha generado un conflicto interno sin precedentes en la organización masónica más antigua del país.

La masonería cubana, una de las instituciones más longevas e influyentes de la sociedad civil en la Isla, atraviesa una crisis profunda tras la negativa del Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, Ernesto Zamora, a convocar elecciones para la renovación de la directiva, pese a que el calendario establecido por los estatutos ya expiró.

Según un reportaje publicado por el medio independiente CubaNet, varios miembros de logias distribuidas en todo el país han calificado la situación como un “golpe de Estado interno”, al considerar que la dirigencia actual pretende aferrarse al poder vulnerando las normas democráticas de la institución.

Los estatutos masónicos prevén una renovación periódica de las autoridades mediante votaciones que deben realizarse de forma regular, pero estas han sido aplazadas sin justificación oficial. El propio Gran Maestro habría rechazado convocarlas, generando un ambiente de incertidumbre, tensión y creciente malestar entre los masones.

“No es un simple retraso. Es una transgresión grave que pone en juego la credibilidad y legitimidad de la Gran Logia de Cuba”, expresó un miembro consultado por CubaNet, quien pidió el anonimato por temor a represalias internas.

Desde distintas logias han circulado mensajes de alarma y llamados a que se respete la legalidad institucional. Sin embargo, hasta el momento no se han tomado medidas concretas para restituir el orden democrático. Algunos temen que la crisis escale hacia una ruptura mayor dentro del seno de la organización.

La masonería cubana, que ha jugado un papel destacado en la historia del país desde el siglo XIX, ha logrado subsistir en condiciones adversas, conservando espacios de autonomía relativa. No obstante, la actual situación amenaza con minar su prestigio y desatar una división interna con consecuencias a largo plazo.

Para muchos observadores, el conflicto también es reflejo de una realidad nacional más amplia: estructuras de poder que se resisten a la alternancia y al respeto de las reglas, incluso dentro de instituciones que tradicionalmente han defendido principios de libertad, justicia y fraternidad.

Mientras tanto, los masones cubanos enfrentan una disyuntiva compleja: exigir la restauración del orden estatutario o asumir que los mecanismos internos han dejado de funcionar. La comunidad internacional masónica sigue con atención los acontecimientos, a la espera de que se retome el camino del respeto institucional.

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