La Habana a oscuras: imágenes revelan la decadencia del turismo en Cuba

Las imágenes tomadas en la noche del sábado 22 de marzo en el corazón de La Habana Vieja, otrora centro palpitante del turismo en Cuba, revelan una alarmante realidad: el turismo internacional, que durante décadas fue una de las principales fuentes de ingresos para el régimen cubano, se encuentra en franco declive. Calles que antes rebosaban de vida, cultura, música y visitantes de todas partes del mundo, hoy lucen desiertas, oscuras y marcadas por el abandono.

En las fotos enviadas a nuestra redacción, se puede observar una Habana que ha perdido su brillo. Las adoquinadas calles del casco histórico están prácticamente vacías. La tenue iluminación pública resalta el contraste entre los imponentes edificios coloniales y el silencio absoluto que los envuelve. Las farolas apenas logran vencer la penumbra, y la ausencia de turistas es tan evidente como inquietante.

Uno de los lugares fotografiados muestra a un hombre en situación de calle, hurgando entre la basura esparcida en una esquina del centro histórico, donde antes los restaurantes, bares y cafeterías mantenían una actividad constante, con colas de turistas esperando para disfrutar de la gastronomía local. Hoy, la escena refleja una profunda crisis económica y social que impacta tanto a los residentes como al sector turístico.

La Habana Vieja fue en otros tiempos símbolo del encanto cubano. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, era un imán para quienes buscaban una experiencia cultural única. Sin embargo, la falta de inversión, el deterioro de los servicios básicos, los apagones constantes y la creciente represión política han provocado un éxodo de visitantes y un colapso del sector privado vinculado al turismo.

El régimen ha tratado de proyectar una imagen de recuperación, promoviendo campañas para atraer turismo desde Rusia o China, pero la realidad es innegable: Cuba ha dejado de ser un destino atractivo para el viajero promedio. Las condiciones de vida empeoran cada día y las postales típicas de un país lleno de alegría y color han sido reemplazadas por imágenes de abandono, pobreza y desolación.

Estas fotografías, capturadas por un colaborador desde las propias calles habaneras, no dejan espacio a la duda: el turismo en Cuba está en crisis, y la dictadura no tiene respuesta efectiva más allá de los discursos vacíos. Mientras tanto, los cubanos sobreviven en una ciudad que se apaga poco a poco, como símbolo de un sistema que ha fracasado.

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