José Daniel Ferrer: una vida dedicada a la labor humanitaria en Cuba, pese a la represión del régimen

Desde su activismo inicial en la década de 1990 hasta la actualidad, José Daniel Ferrer ha sido una de las figuras más destacadas de la disidencia cubana, no solo por su lucha política, sino por su compromiso con la ayuda humanitaria. Un reciente informe de Prisoners Defenders detalla cómo, a pesar de la persecución constante por parte del régimen, Ferrer ha logrado implementar iniciativas de asistencia social para miles de cubanos en situación de vulnerabilidad.

Los inicios: de la pesca solidaria al activismo político

La labor humanitaria de José Daniel Ferrer comenzó en 1991, en plena crisis del Período Especial, cuando organizó una cooperativa de pesca en el embalse Canasta (rebautizado “Protesta de Baraguá”). Junto a su familia, logró alimentar a decenas de familias y distribuir alimentos a miles de personas en situación de pobreza en las zonas de Palmarito de Cauto, Palma Soriano y Santiago de Cuba.

Esta iniciativa, sin embargo, atrajo la atención del régimen, que veía en cualquier esfuerzo independiente una amenaza a su control sobre la población. En 1997, la Seguridad del Estado atacó violentamente a los pescadores con escopetas, lo que llevó a Ferrer a disolver la cooperativa y centrar su activismo en la lucha por los derechos humanos.

El Proyecto Varela y la prisión en la Primavera Negra

A finales de los 90, Ferrer se sumó al Proyecto Varela, una iniciativa liderada por Oswaldo Payá que buscaba la democratización de Cuba a través de un referendo constitucional. Su activismo lo convirtió en uno de los recolectores más efectivos de firmas en la región oriental, lo que lo llevó a ser blanco del gobierno.

En marzo de 2003, durante la Primavera Negra, fue arrestado y sentenciado a 25 años de prisión, donde continuó su labor humanitaria. Desde la cárcel, organizó la distribución de medicamentos y alimentos para los presos más vulnerables, a pesar de la constante represión y tortura a la que fue sometido.

La UNPACU y la labor social tras su excarcelación

Tras su excarcelación en 2011, Ferrer fundó la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), con la que estableció comedores comunitarios, consultorios médicos y servicios de asistencia social. En Santiago de Cuba, se llegaron a establecer cinco comedores que atendían a más de 1,000 personas al día. También impulsó la construcción de viviendas para familias en extrema pobreza, la reparación de casas y la prestación de asistencia médica gratuita a través de la doctora Nelva Ismarays Ortega Tamayo.

El régimen respondió con detenciones, allanamientos y el robo de insumos de los centros humanitarios de la UNPACU. A pesar de ello, Ferrer y su equipo continuaron ofreciendo ayuda hasta su nueva encarcelación en 2019, bajo acusaciones fabricadas.

La represión extrema y la situación actual

El informe de Prisoners Defenders destaca que el encarcelamiento de Ferrer entre julio de 2021 y enero de 2025 ha sido una de las experiencias más inhumanas registradas en el hemisferio occidental. Fue sometido a aislamiento prolongado, torturas y condiciones de detención extremas, al punto que la ONU emitió dos Acciones Urgentes de Desaparición Forzada debido a la falta de pruebas de vida.

Desde su liberación el 16 de enero de 2025, Ferrer ha retomado su labor humanitaria con más fuerza que nunca. En solo dos meses, la UNPACU ha distribuido más de 14,000 raciones de comida y atendido médicamente a más de 2,000 personas, pese a la constante persecución del gobierno cubano.

Un llamado a la comunidad internacional

El informe concluye con un llamado a la comunidad internacional para apoyar la labor humanitaria de Ferrer y denunciar la represión del régimen. Mientras el gobierno cubano continúa criminalizando la solidaridad y atacando a quienes ayudan a los más necesitados, la resistencia pacífica de la UNPACU se mantiene firme en su misión.

La historia de José Daniel Ferrer es un testimonio de valentía y sacrificio en una Cuba donde ayudar al prójimo puede costar la libertad.