El régimen cubano condena a Damir Ortiz al sufrimiento: le niegan el medicamento que puede salvarle la vida

La situación del niño cubano Geobel Damir Ortiz Ramírez ha vuelto a poner en evidencia las graves deficiencias del sistema de salud en Cuba, donde la falta de medicamentos y el maltrato institucional ponen en riesgo la vida de pacientes con enfermedades complejas. El doctor Miguel Ángel Ruano, presidente del Gremio Médico Cubano Libre y asesor de ClickCuba, publicó que este 13 de febrero realizó una tele consulta para la actualización sobre el estado de salud de Damir, resaltando la necesidad urgente de un tratamiento adecuado que el régimen cubano le niega.

Dolor insoportable y la ausencia de analgésicos adecuados

Según el parte médico compartido en su perfil de Facebook, Damir pasó la noche sufriendo fuertes dolores en el hombro izquierdo, las piernas y la cara, causados por la proliferación de tumores neurofibromas en estas áreas. A pesar de la gravedad de su cuadro, el único medicamento disponible en el Hospital Juan Manuel Márquez para aliviar su dolor era duralgina, un analgésico genérico que no tiene ningún efecto sobre este tipo de dolencias severas.

Ante la ineficacia de este tratamiento, la madre del niño recurrió a tramadol, obtenido gracias a la ayuda de personas solidarias fuera del hospital. Solo con este medicamento, Damir pudo experimentar un mínimo alivio en la mañana siguiente.

Diagnóstico confirmado y omisión del tratamiento clave

El equipo médico que asesora el caso a través de teleconsulta confirmó, mediante una ecografía de partes blandas, la presencia de múltiples masas tumorales en el hombro izquierdo de Damir. Estos tumores son hiperecogénicos y vascularizados, lo que explica el intenso dolor que padece.

Lo más alarmante es que la progresión de la enfermedad se debe a la interrupción del tratamiento con Koselugo (Selumetinib), un medicamento esencial para frenar el crecimiento tumoral en pacientes con neurofibromatosis tipo 1. Damir solo lo recibió durante dos meses antes de que se suspendiera por ocho meses consecutivos en 2024, debido a la falta de suministro del medicamento en Cuba. Esta interrupción, que es responsabilidad absoluta de las autoridades de salud cubanas y del equipo médico tratante en ese momento, ha permitido que la enfermedad avance sin control.

Negación injustificada del Koselugo

A pesar de que Damir cumple todos los criterios médicos y clínicos para recibir Koselugo 50 mg, la neuróloga Ailín Lemus Trujillo, del Instituto de Neurología y Neurocirugía de La Habana, ha afirmado que el niño no es candidato para el medicamento. Sin embargo, el equipo médico que asiste a Damir rechaza rotundamente esta afirmación, señalando que en Cuba no se ha realizado ningún estudio que demuestre la presencia de tumores malignos o neoplasias en su cuerpo.

Por lo tanto, no hay justificación médica alguna para negarle el acceso a Koselugo, el único tratamiento disponible que podría mejorar su calidad de vida, aliviar sus síntomas y ralentizar la proliferación tumoral.

Hostilidad y presión contra la madre de Damir

Además de enfrentar la negligencia del sistema de salud cubano, la madre de Damir, Eliannis Ramírez, ha denunciado un ambiente hostil y poco empático dentro del hospital. Tanto ella como su hijo han sido víctimas de maltratos y falta de comunicación por parte del personal médico y directivo, quienes han reaccionado con incomodidad ante los reclamos del equipo asesor.

Ante esta situación insostenible, la familia ha aceptado el traslado de Damir al Instituto de Neurología y Neurocirugía de La Habana, con la esperanza de recibir una mejor atención.

Un llamado urgente: la única salida es la expatriación

El doctor Miguel Ángel Ruano y su equipo siguen luchando para lograr que Damir sea trasladado fuera de Cuba, donde pueda recibir el tratamiento adecuado que se le niega en la isla. La realidad es clara: el sistema de salud cubano no está capacitado ni dispuesto a garantizarle la atención que necesita.

Mientras el régimen continúa ignorando su caso, Damir Ortiz sigue sufriendo un dolor innecesario y evitable, producto de una combinación de desabastecimiento, negligencia médica y falta de voluntad política.

“La esperanza sigue intacta”, concluye el doctor Ruano en su mensaje. Sin embargo, el tiempo juega en contra de Damir, y su única oportunidad real de mejorar es lograr su salida del país antes de que sea demasiado tarde.

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