La polémica detrás de Ktivo Disidente: el video que divide opiniones en redes sociales

En los últimos días, un video protagonizado por Carlos Ernesto Díaz González, conocido como Ktivo Disidente, ha generado una intensa polémica en redes sociales. El material, difundido estratégicamente por la Seguridad del Estado cubano, muestra a Ktivo en una actitud relajada, aparentemente cómodo y hasta cómplice con quienes, en teoría, deberían ser sus represores. Esta imagen contradice completamente la narrativa de un disidente enfrentando al régimen con firmeza y valentía, causando decepción e indignación en quienes hasta ahora lo habían apoyado.

A pesar de los cortes en el video, la percepción generalizada es clara: no hay señales de coacción, amenaza o represión visible. Por el contrario, el ambiente parece cuidadosamente orquestado, con un Ktivo que no muestra la tensión propia de quien está bajo presión. Esto ha llevado a muchos a cuestionar si su actitud es producto de una estrategia personal, un intento fallido de ganar la confianza del régimen, o si, como temen otros, se trata de una muestra de rendición ante sus verdugos.

El descontento se agrava por el hecho de que las personas más cercanas a Ktivo se desconoce si conocían este episodio, lo que añade un velo de sospecha sobre sus intenciones y decisiones. Si bien algunos intentan justificarlo bajo la posibilidad de que actuara bajo amenaza, este argumento pierde fuerza al analizar el contexto: tuvo tiempo de comunicar cualquier jugada estratégica, pero no lo hizo.

El impacto de este video no puede subestimarse. En un contexto donde el régimen utiliza cualquier herramienta para desacreditar a la disidencia, la imagen de Ktivo relajado con sus supuestos represores debilita la causa que muchos defienden con sacrificio y riesgo. El régimen no habría liberado este material sin calcular el daño que podía causar, y los resultados les favorecen: la credibilidad de Ktivo ha quedado profundamente comprometida.

La indignación de sus seguidores es comprensible. Estamos en un momento crítico donde la lucha por la libertad requiere coherencia y transparencia. Las acciones de cada individuo dentro de la oposición tienen un impacto colectivo, y la falta de claridad de Ktivo sobre sus intenciones en este episodio es vista como una traición al esfuerzo común.

Si bien algunos piden no confiar plenamente en un material producido por la Seguridad del Estado, el daño está hecho. El video no solo desacredita a Ktivo, sino que también alimenta el discurso oficialista que busca dividir a la oposición y sembrar dudas sobre la autenticidad de los disidentes.

Carlos Ernesto Díaz González tiene mucho que explicar. En un escenario donde cada acción cuenta, lo mínimo que se exige es transparencia. La falta de una explicación convincente no solo afecta su imagen, sino que erosiona la confianza en una lucha que depende de la unidad y la integridad de quienes la lideran.

El tiempo dirá si Ktivo logra reconstruir su credibilidad, pero el impacto de este video deja una lección clara: en la lucha contra un régimen autoritario, cada paso en falso puede ser utilizado en contra de quienes buscan la libertad.

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