
El colapso del ISDI: símbolo de la decadencia del sistema socialista en Cuba
En horas recientes, una parte significativa de la edificación del Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI), ubicado en el céntrico cruce de Carlos III y Belascoaín, se derrumbó, evidenciando una vez más el deterioro generalizado de la infraestructura en Cuba. Este suceso, que no dejó víctimas fatales según los reportes preliminares, pone de relieve las graves deficiencias en el mantenimiento de los edificios emblemáticos del país.
El ISDI, conocido por ser un centro de formación para las nuevas generaciones de diseñadores, se encuentra en el corazón de Centro Habana, una zona densamente poblada y caracterizada por sus edificaciones antiguas. Este instituto, que alguna vez fue símbolo de modernidad, ahora se convierte en un testimonio de cómo la falta de inversión y mantenimiento por parte del Estado está llevando al colapso físico de instituciones fundamentales.
El peso de la negligencia estatal
El derrumbe del ISDI no es un caso aislado. Forma parte de un patrón de abandono que afecta no solo a viviendas y edificios históricos, sino también a instituciones educativas y culturales de gran relevancia para el país. Durante años, los estudiantes y el personal del instituto habían reportado problemas estructurales y señalado la urgencia de reparaciones, pero estas denuncias cayeron en oídos sordos.
“Esto es una muestra de la decadencia en la que está sumida nuestra educación superior y el sistema en general”, comentó un exalumno del ISDI que prefirió mantener el anonimato. “No se trata solo de una pared que cae, sino de la caída simbólica de un modelo que prometió progreso y desarrollo, pero ha dejado ruinas en su lugar”.
El peligro para estudiantes y ciudadanos
El área del derrumbe, al estar ubicada en una de las intersecciones más transitadas de Centro Habana, representó un riesgo significativo para los transeúntes y residentes cercanos. Afortunadamente, no se reportaron heridos en este incidente, aunque queda latente la preocupación por otros posibles colapsos en el resto del edificio, que sigue en pie pero visiblemente debilitado.
La situación también pone en peligro el acceso a la educación, ya que instituciones como el ISDI son esenciales para el desarrollo académico y profesional de los jóvenes cubanos. Sin embargo, el deterioro de estas infraestructuras pone en duda la capacidad del sistema educativo para cumplir con su misión.
La decadencia de un sistema
El derrumbe del ISDI es un reflejo del estado crítico en el que se encuentra Cuba bajo el régimen actual. Mientras el discurso oficial continúa promoviendo la imagen de un sistema socialista fuerte y resistente, la realidad en las calles cuenta una historia muy diferente. Los constantes apagones, la falta de recursos básicos, y ahora el colapso de instituciones educativas, son pruebas irrefutables de una gestión que ha priorizado la propaganda sobre el bienestar del pueblo.
Este incidente debería servir como un llamado de atención, tanto para los responsables del gobierno como para la comunidad internacional, sobre la urgente necesidad de cambios estructurales que permitan garantizar la seguridad y el desarrollo de los ciudadanos cubanos.
Por ahora, lo que queda del ISDI es una mezcla de escombros y frustraciones, mientras estudiantes, profesores y ciudadanos se preguntan cuántos derrumbes más serán necesarios antes de que algo cambie en Cuba.







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