Exoficial del MININT cubano se refugia en Estados Unidos: denuncias sobre su historial represivo

Jesús Díaz, exoficial del Ministerio del Interior de Cuba (MININT), se encuentra actualmente en Estados Unidos, según una publicación de La Tijera. Durante su tiempo en Cuba, Díaz sirvió como oficial en la 5ta Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) del municipio Playa y fue señalado por su labor represiva en los centros de detención de 100 y Aldabó, conocidos por las denuncias de abusos y torturas.

De acuerdo con la información difundida, su llegada a territorio estadounidense fue posible gracias a familiares que residen en el país desde hace años y que lo habrían reclamado antes de su salida de Cuba. Esto ha generado controversia dentro de la comunidad exiliada, que ve con preocupación la presencia de figuras vinculadas al régimen castrista en Estados Unidos.

Infiltración y preocupaciones del exilio

El caso de Díaz reaviva las denuncias sobre una posible estrategia del régimen cubano de permitir la salida de exfuncionarios vinculados a la represión hacia Estados Unidos. Exiliados cubanos advierten que esto representa un intento de infiltrar sus comunidades y de utilizar los beneficios del sistema democrático en detrimento de las víctimas del castrismo.

Con la llegada de Donald Trump a la presidencia el próximo 20 de enero, se espera que el tema cobre relevancia en el ámbito político. Sectores del exilio han pedido medidas más estrictas para investigar y controlar los antecedentes de quienes ingresan al país, especialmente aquellos con vínculos represivos en la isla.

Un llamado a la rendición de cuentas

La presencia de Díaz en Estados Unidos pone en evidencia la necesidad de un marco legal más claro para abordar casos de este tipo. Organizaciones y activistas del exilio han reiterado su preocupación por la falta de consecuencias para personas que, según denuncias, participaron activamente en el aparato represivo del régimen cubano.

Por ahora, el caso de Jesús Díaz representa un ejemplo más de las complejidades que enfrenta la comunidad cubana en su lucha por justicia y democracia, así como la necesidad de garantizar que Estados Unidos siga siendo un refugio seguro para las víctimas del castrismo, no para sus ejecutores.