Preso político Divaldo Valcárcel González inicia huelga de hambre en protesta por su situación legal

En el Combinado del Sur, uno de los centros penitenciarios más notorios de Cuba, el preso político Divaldo Valcárcel González ha decidido iniciar una huelga de hambre en protesta por el prolongado silencio y abandono al que ha sido sometido por las autoridades. La protesta, que ya cumple tres días, es la respuesta desesperada de Valcárcel ante la falta de atención a su caso legal.

Según fuentes cercanas, el oficial encargado de su proceso no se ha presentado para ofrecerle información sobre el estado de su caso, ni ha cumplido con las gestiones necesarias para avanzar hacia un juicio. Este prolongado limbo legal y la ausencia de comunicación han llevado al preso político a tomar esta medida extrema para exigir justicia y respeto a sus derechos.

Una protesta contra la impunidad

Divaldo Valcárcel González, cuyo encarcelamiento se enmarca en la continua represión del régimen cubano contra voces disidentes, enfrenta un panorama incierto en un sistema judicial que se caracteriza por la opacidad y el sesgo político. En su caso, la demora en procesar su juicio no solo viola sus derechos fundamentales, sino que también expone las fallas sistemáticas en la administración de justicia en Cuba.

El Combinado del Sur, conocido por sus condiciones inhumanas, es un reflejo de la crisis penitenciaria en la isla, donde presos políticos y comunes son sometidos a maltratos, hacinamiento y una constante negación de sus derechos básicos. La huelga de hambre de Valcárcel pone en evidencia la desesperación de quienes, atrapados en este sistema, buscan maneras pacíficas pero contundentes de hacerse escuchar.

La urgencia de una respuesta

Organizaciones de derechos humanos y activistas han denunciado que la huelga de hambre es una herramienta recurrente utilizada por los presos políticos en Cuba, debido a la falta de canales legítimos para reclamar justicia. Sin embargo, esta forma de protesta no está exenta de riesgos, ya que puede provocar daños irreversibles a la salud de quienes la emprenden.

La comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos han sido llamadas a monitorear de cerca el caso de Valcárcel, exigiendo al régimen cubano que respete el debido proceso y garantice la integridad física del prisionero.

Mientras tanto, la vida de Divaldo Valcárcel González está en peligro, y su protesta es un recordatorio de las duras realidades que enfrentan quienes se atreven a alzar la voz contra un sistema represivo. Su situación no solo es un caso aislado, sino parte de un patrón de violaciones sistemáticas que requiere la atención y condena de la comunidad global.

Desde ClickCuba, continuaremos informando sobre este caso y exigiendo justicia para los presos políticos en la isla.

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