
Denuncia de irregularidades judiciales y temor por la vida de un recluso en prisión cubana
Kenia Jiménez Rodríguez, hermana de Dairon Vallant, ha realizado una denuncia pública en redes sociales que pone de manifiesto graves irregularidades en el proceso judicial contra su hermano, quien actualmente cumple condena en la prisión 1580, ubicada en La Habana. Según su testimonio, Dairon se encuentra en huelga de hambre, una medida extrema que ha adoptado para protestar por lo que considera una sentencia injusta. La familia teme por su vida, especialmente en un contexto donde esta prisión ha sido señalada anteriormente por la muerte de reclusos en circunstancias sospechosas.
De acuerdo con Kenia, Dairon Vallant fue sentenciado a ocho años de privación de libertad por un caso de robo con fuerza, pese a la falta de pruebas concluyentes. En su denuncia, relata que el juicio estuvo marcado por graves irregularidades, entre ellas, la ausencia de la víctima, la asignación de un abogado que no había sido contratado por la familia y la imposibilidad de presentar una apelación. Según Kenia, las acusaciones contra Dairon se basaron únicamente en la similitud de unas huellas dactilares, sin que se presentara evidencia adicional que lo vinculara al delito.
La familia también denuncia un historial de maltrato judicial previo a la condena. Dairon fue citado y detenido en varias ocasiones sin pruebas concluyentes y, en una de estas detenciones, un instructor llegó a amenazarlo con “hacerle la vida imposible”. Estas circunstancias han llevado a la familia a cuestionar la imparcialidad del proceso.
Actualmente, Kenia afirma que las autoridades han ignorado sus llamados para revisar el caso de su hermano. Las líneas de la Fiscalía y otros organismos judiciales no responden, lo que, según ella, ha obstaculizado aún más la búsqueda de justicia. Asimismo, denuncia que durante el proceso de prisión preventiva, los documentos firmados incluían una rúbrica que no correspondía a la de Dairon, aumentando las sospechas sobre irregularidades en el caso.
La prisión 1580, donde Dairon cumple condena, ha sido objeto de denuncias previas por maltrato a los reclusos y condiciones precarias. La huelga de hambre de Dairon ha acrecentado los temores de su familia, quienes exigen que se le brinde atención médica inmediata y se garantice su seguridad. También piden una revisión de su causa para corregir las posibles injusticias en su condena.
Este caso refleja nuevamente las falencias del sistema judicial cubano, que ha sido criticado por su falta de transparencia y por los abusos cometidos en el tratamiento de los reclusos. Kenia Jiménez concluye su denuncia con un llamado a las autoridades para que actúen antes de que su hermano se convierta en una víctima más de estas condiciones. “Hoy es mi hermano, pero mañana podría ser cualquier otra persona”, advirtió.







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