
Venta de bóveda en Pinar del Río por 4 mil dólares desata críticas y humor entre los cubanos
En un país donde la crisis económica y social está presente en cada rincón de la vida cotidiana, una publicación en Facebook de un grupo de ventas en Pinar del Río ha generado un aluvión de comentarios, desde críticas mordaces hasta ironías humorísticas. La oferta: una bóveda funeraria en el Cementerio Metropolitano de Alameda, Pinar del Río, con un precio de 4,000 dólares.
La oferta que no pasó desapercibida
La publicación, realizada por Lorzen Silva Llanes, ofrecía la bóveda con un breve mensaje y un número de contacto, pero la exorbitante cifra fue lo que encendió la polémica. Para muchos cubanos, que enfrentan salarios que en promedio no superan los 3,000 CUP (equivalentes a menos de 30 dólares al cambio actual), el precio de la bóveda parece estar fuera del alcance de la mayoría.
Opiniones divididas: entre la crítica social y el humor negro
La publicación recibió múltiples reacciones que reflejan el sentir de los ciudadanos. Marita Pérez comentó indignada: “Ni morirse en este país uno puede, como si después de muerto uno necesitara una bóveda VIP.” Otros, como Marco Antonio Pajes, optaron por el humor al preguntar si la bóveda incluía a “la momia de Cleopatra o Tutankamón”, mientras que Yanet Valdez reflexionó sobre cómo gastaría esa cantidad en placeres de la vida, añadiendo: “Cuando me muera, que me boten para el río.”
Por otro lado, algunos usuarios defendieron el derecho del vendedor a establecer su precio, argumentando que la desesperación por encontrar un lugar adecuado para enterrar a un ser querido podría justificarlo. Yakelín Tamara señaló: “No saben lo que es que se muera un familiar querido y te quieran mandar para Guane. Ahí es donde darías la vida por una bóveda.”
La economía de la muerte
La conversación en redes expone una realidad alarmante: incluso la muerte tiene un precio elevado en Cuba. Los usuarios no solo cuestionaron la venta de la bóveda, sino que también aprovecharon para señalar las condiciones de vida precarias en el país. Mabe Nail lamentó: “Lamentable es ver a nuestros hijos que no tienen comodidades para vivir decentemente, y ni hablar de la alimentación.”
Además, algunos comentarios resaltaron la desconexión entre las prioridades de vida y muerte en el contexto cubano. Walter Díaz, en un tono poético, escribió: “En una casa uno vive su vida y en la bóveda vive toda su muerte.”
El silencio del vendedor
Tras la avalancha de comentarios, Lorzen Silva Llanes desactivó la sección de comentarios de la publicación, cerrando el espacio para la discusión, pero dejando abierta la conversación más amplia sobre las prioridades y absurdos de la economía cubana.
La publicación de esta venta ha trascendido su propósito inicial, convirtiéndose en un espejo de las contradicciones de la realidad cubana. Entre la crisis económica, las prioridades sociales y el humor que caracteriza a su gente, los cubanos continúan encontrando maneras de expresar sus frustraciones, incluso frente a algo tan solemne como la muerte.







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