
La situación del activista cubano Maykel Herrera ha alcanzado un punto crítico, según lo expuesto en una reciente publicación de su primo, Yoel Parsons Bones, en la red social Facebook. En el post, Parsons ofrece una actualización desgarradora sobre el estado de salud de Herrera, señalando que el activista ha perdido la capacidad de hablar. «Si es así como lo querían ver, pues ya lo tienen. Queda en manos del Estado su vida», afirma.
El activista, conocido por sus denuncias contra los abusos del régimen cubano, enfrenta una serie de obstáculos para acceder a una atención médica adecuada y un proceso humanitario que le permite ser trasladado fuera del país para recibir tratamiento. La familia ha intentado tramitar una visa humanitaria para que Herrera reciba atención médica especializada, pero hasta el momento no ha obtenido un respaldo de las autoridades cubanas. Según Parsons, los médicos han respondido que el resumen médico, esencial para la visa, sólo puede emitirse en caso de que Herrera reciba el alta hospitalaria, un trámite improbable dadas las condiciones de su salud.
El relato de Parsons resalta el sentimiento de impotencia de la familia ante lo que consideran una falta de humanidad y colaboración por parte de las autoridades. «Podemos la familia, bajo nuestra responsabilidad, llevarnos a Maikel del hospital?», se pregunta Parsons, indicando la frustración que sienten ante la falta de opciones y el temor de que, si Herrera es llevado a casa sin haber gestionado la visa a tiempo , su vida podría estar en grave peligro.
La familia también denuncia la falta de empatía y disposición del sistema médico cubano, que en otros casos de figuras políticas afines al régimen ha flexibilizado protocolos. Parsons recordó, con un tono irónico y crítico, el caso de Hugo Chávez, quien fue trasladado de Venezuela a Cuba para recibir tratamiento, lo que contrasta con el trato actual hacia Maykel Herrera. «Pero era por los suyos, que hoy no es su caso», expresa en la publicación.
Finalmente, Parsons lanza una denuncia directa hacia los oficiales de la Seguridad del Estado, a quienes acusa de obstaculizar las visitas familiares, incluyendo la posibilidad de que Herrera vea a su hijo, a pesar de su crítico estado de salud. «Responsabilizo totalmente a los oficiales de la seguridad que no han permitido que vea un hijo a su padre aún en este caso», expresa.
Este testimonio se suma a las Múltiples voces que denuncian la represión y el trato inhumano hacia aquellos que disienten del régimen cubano. La situación de Herrera es un recordatorio de las limitaciones a las que se enfrentan los activistas en Cuba, no solo en términos de libertades, sino también en cuestiones fundamentales de salud y derechos humanos básicos.







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