Este 10 de noviembre de 2024, un sismo de magnitud 5,9 estremeció el oriente de Cuba, especialmente perceptible en la ciudad de Santiago de Cuba y las provincias cercanas. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó que el temblor tuvo su epicentro en el mar, a unos 35 kilómetros de la costa de Bartolomé Masó, en la provincia de Granma, a una profundidad de 14,2 kilómetros.

Este temblor se sintió en varias provincias orientales, y aunque provocó alarma entre los habitantes, las autoridades cubanas no han reportado hasta el momento daños materiales significativos ni víctimas. La Defensa Civil y los equipos de emergencia locales están realizando evaluaciones en las zonas más cercanas al epicentro y monitoreando la posibilidad de réplicas.

En cuanto a los riesgos de tsunami, los expertos descartaron la emisión de una alerta, lo que trajo tranquilidad a la población costera, que en eventos sísmicos de gran magnitud suele mantenerse en expectativa ante esta posibilidad.

Antecedentes y zona sísmica

El sismo de hoy se suma a una serie de temblores que han afectado la región oriental de la isla en los últimos meses. Apenas el 17 de octubre de este año, un sismo de magnitud 5,1 fue percibido en las provincias de Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma. La frecuencia de estos eventos responde a la ubicación geológica de la región, ya que la falla de Oriente, una de las principales fallas tectónicas de Cuba, actúa como límite entre la placa del Caribe y la placa de América del Norte.

La región oriental de Cuba es la más vulnerable a la actividad sísmica en el país, con un historial de temblores que han llegado incluso a provocar daños estructurales en otras ocasiones. Las autoridades cubanas mantienen un monitoreo constante y han implementado medidas de protección civil para mitigar el riesgo en las comunidades más propensas.

Recomendaciones y medidas de prevención

A pesar de que no se reportaron daños graves, las autoridades han llamado a la población a mantenerse informada a través de los medios oficiales y seguir las recomendaciones de la Defensa Civil. La población fue exhortada a revisar las estructuras de sus viviendas en caso de que hayan sido afectadas, y a tomar precauciones ante posibles réplicas.

Este tipo de eventos es un recordatorio de la importancia de estar preparados en las zonas de alta actividad sísmica. La educación y el conocimiento de las rutas de evacuación y puntos de encuentro son esenciales para reducir los riesgos en caso de futuros sismos.

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