En el municipio de Sagua la Grande, provincia de Villa Clara, la comunidad de la calle Marta Abreu entre Céspedes y Ramón Solís lleva al menos una década lidiando con un socavón que se ha convertido en un símbolo de la desatención y la falta de acción de las autoridades. Según los vecinos, este enorme agujero en la calle ha sido responsable de múltiples accidentes, siendo el más reciente el de un camión que motivó un intento fallido de reparación por parte de las autoridades locales.
A pesar de la gravedad de la situación y los múltiples incidentes reportados, el socavón continúa abierto, sin señalización que advierta a los transeúntes y conductores del peligro que representan. Este descubierto ha resultado en daños considerables a los vehículos, y el temor de los vecinos es constante ante la posibilidad de que ocurra un accidente más grave.
Promesas y desilusiones: Dos años de inacción
Hace más de dos años, como respuesta a los accidentes, las autoridades trajeron tres grandes tubos de acero, aparentemente destinados a reparar el socavón. Sin embargo, estos tubos han permanecido abandonados a un costado de la calle, acumulando polvo y óxido, en espera de ser instalados. La razón oficial, según comentan los residentes, es la falta de petróleo para realizar la obra, una explicación que ha sido recibida con escepticismo y frustración por parte de los vecinos.

“No es posible que después de tantos años sigamos con el mismo problema. Es una vergüenza”, comentó un residente que prefirió mantenerse en el anonimato. Otro vecino agregó que han tenido que convivir con esta situación sin saber cuándo habrá una solución definitiva, temiendo cada día por la seguridad de quienes transitan por el área, especialmente niños y ancianos.
La ruta del desgaste y el abandono
La situación en la calle Marta Abreu e/ Céspedes y Ramón Solís no solo refleja un problema de infraestructura, sino un evidente patrón de desatención y falta de voluntad política para resolverlo. El socavón, ahora lleno de aguas estancadas y desechos, se ha convertido en un riesgo latente para la salud pública, además del peligro físico que representa para los vehículos y peatones.
Los residentes exigen una respuesta clara y definitiva por parte de las autoridades, que hasta el momento se han limitado a acciones superficiales. Insistir en que la falta de señalización no puede ser una opción, y que mantener el sitio sin atención inmediata equivale a poner en riesgo vidas humanas.
El socavón en Sagua la Grande se ha transformado en un testimonio de desidia y falta de eficiencia en la gestión pública. Las promesas rotas y los esfuerzos incompletos dejan a los vecinos atrapados en un ciclo de peligro y frustración. La comunidad exige un compromiso real y acciones concretas para poner fin a esta situación de riesgo que ha perdurado durante más de una década.
Este es un llamado urgente a las autoridades para que tomen las medidas necesarias antes de que ocurra una tragedia que se podría haber evitado con voluntad y acción.







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