El pasado miércoles 23 de octubre, la represión en la cárcel de máxima seguridad “Combinado del Este” alcanzó un nuevo y doloroso capítulo.
Jenni Taboada, madre del preso político Duannis Dabel Lebon Taboada, sufrió un accidente cerebrovascular luego de enterarse de la brutal golpiza que su hijo recibió a manos de guardias de la prisión. El incidente pone en evidencia una vez más la situación de abuso, maltrato y violaciones a los derechos humanos en las cárceles cubanas, especialmente contra aquellos considerados presos políticos.
Según testigos dentro del centro penitenciario, los hechos se desencadenaron sobre las 11:30 de la mañana, cuando Duannis Taboada y el periodista independiente Ángel Cuza protestaron en el patio de la prisión, lo que llevó a las autoridades a intervenir violentamente. Los dos opositores fueron detenidos por los guardias y conducidos a las oficinas de orden interior, para luego ser internados en las celdas de castigo.
Lo más grave del incidente ocurrió cuando, según testimonios, el primer teniente Sergio de Armas Peña aprovechó la indefensión de Duannis, que se encontraba esposado, y lo agredió de forma brutal en la celda de castigo. Se reportó que el militar propinó patadas y golpes, ocasionando lesiones visibles y hematomas al joven opositor. A pesar de las advertencias y súplicas de otros reclusos para que se detuviera la agresión, los abusos continuaron impunemente.
Duannis Dabel Lebon Taboada fue finalmente trasladado al piso 1 Sur, mientras que Ángel Cuza permanece en la celda de castigo sin justificación alguna, acusado únicamente de intentar proteger a su compañero de los golpes. Los presos políticos han señalado repetidamente al primer teniente Sergio de Armas Peña como un represor que se dedica a agredir a los opositores de manera recurrente, utilizando su autoridad para ejercer violencia tanto física como psicológica.
La noticia del violento episodio fue un golpe devastador para Jenni Taboada, quien, al recibir la información sobre la golpiza de su hijo, sufrió un accidente cerebrovascular. La madre, que se encontraba ya en una situación de vulnerabilidad emocional debido a las constantes represalias contra su hijo, fue ingresada de urgencia en un hospital habanero, donde los médicos luchan por estabilizarla.
Este suceso revela la crisis humanitaria y de derechos humanos en el sistema penitenciario cubano. Las denuncias sobre torturas, maltratos y abuso de autoridad son constantes, y organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación ante la falta de respuesta por parte de las autoridades cubanas para investigar estos crímenes y sancionar a los responsables.
Familiares y activistas de derechos humanos han levantado su voz para condenar estos hechos y exigir la liberación inmediata de Duannis Dabel Lebon Taboada y Ángel Cuza, así como la rendición de cuentas por parte de quienes están detrás de estos abusos.
“El accidente cerebrovascular de Jenni Taboada es el reflejo del dolor y el sufrimiento que padecen las familias de los presos políticos en Cuba. No solo se tortura a los reclusos, sino que se golpea con la misma brutalidad el corazón de sus seres queridos”, expresó un activista cercano a la familia.
Este episodio demuestra una vez más la necesidad urgente de que los organismos internacionales presten atención a las condiciones de los presos políticos en Cuba y presionen para que se respeten los derechos humanos de todos los ciudadanos, dentro y fuera de las cárceles.







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